Varea presenta credenciales

Venía Varea a completar un cartel de toreros reconocidos, cotizados en plazas importantes, curtidos en la lidia de toros del encaste Albaserrada, y se convirtió, contra todo pronóstico, en el triunfador de la tarde.

Las credenciales que exhibió ayer en el Arnedo Arena indican rigor, serenidad, técnica en evolución, y un regusto torero que han de facilitarle el tránsito por el proceloso orbe taurino.

Quiso el azar que el sexto de Victorino, de nombre Melochuro, negro entrepelado, cinqueño, encastado, con el trapío habitual de Las Tiesas, se encontrara con un torero dispuesto, capaz de asentar las zapatillas en el albero, templar su embestida, y darle fiesta.

Cinceló el joven diestro una faena maciza, seria y comprometida, con tintes clásicos, que tuvo verdad de principio a fin. Se adornó además con un recibo a la verónica ajustado y remate de media con aroma belmontino. Era la quinta vez que hacía el paseíllo en el escalafón superior y ya promete ser un matador a tener en cuenta en las plazas importantes.

Para entonces ya habían despachado su lote los dos actuantes mayores. Curro Díaz, torero en plena sazón, referente de la más refinada inspiración artística, abría el cartel, y dio muestras de su pinturería en una serie al natural, mas no hubo acople con sus dos antagonistas, pues el tempo de sus trasteos fue precipitado y falto de ritmo. Dejó para el recuerdo una excelente estocada al cuarto, con la que podría erigirse una emotiva escultura.

Paco Ureña, depositario de una técnica asombrosa, artífice de grandes gestas en las plazas más exigentes, anduvo fuera de sitio, trasteando sin hondura, porfiando series que no calaron en los tendidos, pues no portaban la emoción que siempre ha generado el toreo profundo que tantas veces ha interpretado.

Las credenciales de Varea muestran aún escasos marchamos. Ayer en el Arnedo Arena se añadió uno más ante un encastado toro de un hierro mítico. El día 2 de junio puede lograr en su confirmación de alternativa con un cartel de lujo, un nuevo sello que le abra las puertas del toreo mayor.

 

 

Reseña:

 

Plaza de toros de Arnedo, tres cuartos de plaza cubiertos en tarde soleada.

 

Toros de Victorino Martín, cárdenos y entrepelados, desiguales de presentación y comportamiento. Todos acudieron a los caballos en dos ocasiones. Primero terciado, noble y de corto recorrido. Segundo terciado, noble y flojo, con tendencia a los terrenos de chiqueros, aplaudido en el arrastre. Tercero noble, amaga el salto al callejón, se emplea en dos fuertes puyazos. Cuarto ovacionado de salida, en tipo Albaserrada, parado y noble. Quinto ovacionado al saltar a la arena, cuajado en el tipo de la casa, duro de pezuña, áspero, mirón, gazapón. Sexto aplaudido al salir de chiqueros, con fuerza y trapío, noble y encastado; premiado con una fuerte ovación en el arrastre.

 

Curro Díaz, de azul y oro: Media estocada y tres golpes de descabello (silencio); Gran estocada (silencio)

 

Paco Ureña, de primera comunión y oro: Pinchazo en la suerte de recibir, dos pinchazos más al volapié, media estocada y tres golpes de descabello (ovación y saludos desde el tercio tras dos avisos); Dos pinchazos y media estocada (silencio)

 

Varea, de oro viejo y azabache: Pinchazo y estocada caída y delantera (palmas); Estocada caída y delantera (oreja)

 

 

Incidencias:

Ambiente festivo en los tendidos, amenizado por una excelente banda de música.

Al finalizar el festejo Alberto Donaire lidió una becerra con buenas maneras, causando el furor del público.

 

Javier Bustamante

para Toro Cultura

 

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