Cebada Gago: el campo en estado puro
Ubicación: La Zorrera (Medina Sidonia, Cádiz) Actividades taurinas: Visitas guiadas a la ganadería. Faenas camperas varias en función de lo que corresponda en ese momento, como encierro de los toros, apartado, carreras y tienta. Encastes: En la actualidad constituye un encaste propio con origen en Carlos Núñez, Jandilla y Torrestrella. Antigüedad: 28 de julio de 1946 Otros servicios: – Alojamiento y restauración: En Medina Sidonia y Paterna de Rivera existen restaurantes de cocina tradicional muy económicos. Destaca “La Venta de la Duquesa”, lugar de encuentro de ganaderos y toreros, situada al pie de Medina Sidonia, con un gran ambiente taurino y magnífica restauración. Existen hoteles de distintas categorías en Chiclana (a 22 kilómetros) y Jerez (a 35 kilómetros) En Cádiz (a 44 kilómetros) existe un nuevo Parador. Momentos idóneos para la visita: Todo el año, si bien la primavera y el otoño son los mejores periodos. En agosto el calor es intenso. Precio: Variable en función del tamaño del grupo. Condiciones: La visita se realiza en vehículos todoterreno, cómodos y seguros, con la asistencia de los monitores que explican las claves de la cría del ganado bravo. Lugares cercanos para complementar la visita: Medina Sidonia, a 4 kilómetros, tiene un bello casco urbano de pueblo blanco con notables templos, entre los que destaca Santa María Coronada, de estilo gótico-renacentista. Chiclana, a 22 kilómetros, centro turístico con amplias playas, bodegas y el Museo Paquiro. Cádiz, a 44 kilómetros, ciudad con casco urbano vital, catedral neoclásica, iglesias de diversos estilos, Puerta de Tierra amurallada, magníficas playas, museos y multitud de rincones con encanto. Parque natural de Los Alcornocales, a 42 kilómetros, paraje de notable humedad y densa vegetación de alcornoques, quejigo, jara y brezo. Comentarios: El toro de Cebada Gago destaca por su trapío y por la variedad de capas, que van desde el ensabanado al cárdeno, burraco, colorado, sardo, salinero y negro zaíno. La finca conserva el encanto del campo tradicional andaluz, sin lujos ni sofisticaciones, con instalaciones que se conservan sin cambios en los últimos lustros. Dispone de una cómoda plaza de tientas en la que es habitual encontrar en invierno a matadores de toros entrenándose. La atención de la familia a los visitantes es exquisita y la jornada resulta muy agradable e instructiva.
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