Roca impone, Aguado seduce
Andrés Roca Rey volvió a obtener ayer en Pamplona un triunfo resonante basado en un valor por momentos temerario, una conexión con la peñas que lo tienen ya como héroe local, y una evidente mejora en la técnica que aplica a los trasteos. Toreo de arrebato, de poder, de imposición por la vía más corta y directa, que es la de la entrega sin ambages.
Lo ofrecido por el rey actual del toreo en la Monumental fue ante todo valor, pero no sólo valor. Recibió a sus dos toros con sendas largas cambiadas a porta gayola, lanceó a la verónica de rodillas, compuso quites por gaoneras, tiró chicuelinas, remató por revoleras y lances a una mano diversos, siempre con ajuste y verdad. Y compuso dos faenas de distinto corte, pues a su primero negro lo pasó de rodillas en el inicio, con pases en redondo y espaldinas. Achicó pronto los terrenos y practicó un arrimón que afligió al propio toro, con momentos en los que la vista engañaba, pues hubo embroques imposibles, e instantes en los que parecía que los pitones podía rasgar los muslos sin herirlos. Firmeza, determinación y valor que encandilaron a la afición navarra, quien coreó al diestro peruano y solicitó el doble trofeo que la presidencia dejó en una solitaria oreja. Ante el jabonero manso y pobre de cara que hizo quinto empleó otros recursos, pues pasó en largo por ambos pitones según los fundamentos del toreo clásico, natural, redondo, de pecho. Sin estridencias ni parones, mas ceñido, largo y ligado. Hace bien Roca Rey en reposar su toreo y proyectar una nueva tauromaquia en la que el arrojo sea fin si no medio para engendrar belleza y emocionar así al público.
Cayetano con encontró inspiración en ningún momento, ni sitio para parar los toros, ni temple para embarcar su embestidas, ni terreno para armar faena, ni valor para ceñirse a las mansas y nobles embestidas de los pupilos de Jandilla. Tan sólo algún natural suelto y el inicio de su trasteo sentado en el estribo han de destacarse en el trabajo del torero de dinastía.
Todo lo contrario que Pablo Aguado, prendido por el estro en su primer turno, con un manso y noble toro negro al que fue a parar en los medios para reducir su abantía. Todo fue ritmo y armonía, suavidad y buena mano, a media altura, sin violentar el escaso ánimo con el que vino de la dehesa. Obra bella, canónica, con una tanda honda al natural que será de lo mejor de la feria, rematada con serie en redondo rodilla en tierra y estocada hasta los gavilanes. Oreja a la inspiración y a la sensibilidad que de forma inopinada se abren paso aún en los cosos más bulliciosos. El toreo, cuando insinúa y seduce, es aún más hermoso.
Reseña:
Plaza de toros monumental de Pamplona, viernes 12 de julio de 2024. Lleno de “no hay billetes” en tarde soleada.
Toros de Jandilla, de diversa presentación y predominio de la mansedumbre, como a continuación se detalla.
Primero: Negro, bien presentado. Dos picotazos. Con clara tendencia a toriles, flojo y manso. Palmas en el arrastre.
Segundo: Negro. Un puyazo y un picotazo. Noble, tardo y de viaje corto. Ovación.
Tercero: Negro, abanto de salida. Un puyazo en toriles y otro contra querencia saliendo siempre suelto. Noble y manso. Aplausos.
Cuarto: Negro, bien armado, con trapío. Dos puyazos saliendo suelto. Manso de feo estilo. Silencio en el arrastre.
Quinto: Jabonero con poca cara. Dos picotazos. Noble y repetidor. Silencio.
Sexto: Castaño con trapío. Dos puyazos, el primero junto a chiqueros saliendo siempre suelto. Noble con poco celo. Silencio.
Cayetano, de primera comunión y plata: Estocada (silencio). Un pinchazo, otros dos hondos, estocada y un golpe de descabello (silencio tras aviso)
Roca Rey, de tabaco y oro: Estocada (oreja). Estocada (oreja).
Pablo Aguado, de grana y oro: Estocada (oreja). Media pescuecera y estocada (silencio).
Incidencias:
Octavo festejo de la Feria del Toro de Pamplona.
Roca Rey salió a hombros.
Las peñas fueron especialmente ruidosas, pues han incorporado el silbato como nuevo elemento reivindicativo.
El festejo duró dos horas y media.
Javier Bustamante
para Toro Cultura
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