Gema Igual: “En Santander hay y habrá toros porque son buenos para la ciudad y para España”

La alcaldesa de Santander es una mujer vital, apasionada por lo que hace y por la ciudad a la que sirve. Su discurso fluye con naturalidad, y en sus gestos se advierte convicción y seguridad. Es una aficionada a la Fiesta sin complejos que ha afianzado la Feria de Santiago, no tanto por su gusto, sino porque lo considera bueno para la ciudad. Antepone el beneficio de Santander a cualquier consideración personal, y busca parámetros objetivos para sostener sus argumentos. Uno de ellos, según un estudio de la Universidad de Cantabria, es que el impacto de la feria de Santiago en la ciudad asciende a 7,2 millones de euros en cada semana de toros. Eso y la sensación de libertad que tiene el ciudadano para poder elegir las manifestaciones culturales que más le agraden.

Nos recibe en su despacho del Ayuntamiento de Santander, un espacio amplio y luminoso presidido por las banderas oficiales, decorado con austeridad. Nos acompaña su jefa de gabinete, Olga Garay, quien ha hecho posible esta entrevista y permanece atenta a cualquier detalle, presta a aportar cualquier dato objetivo que sea relevante. A partir de ahí el diálogo fluye cordial, y los minutos transcurren como si fueran segundos.

Alcaldesa, ¿cuál fue su primer contacto que recuerde con el toro?

Mi primera vez fue en la plaza de Santander, hace más de 20 años. Después he estado también en alguna otra plaza.

Tras 19 años en el ayuntamiento he ido todos los veranos, y en los 5 que llevo de alcaldesa he ido todos los años a todas las corridas.

¿Qué aportan las corridas a la Semana Grande de Santander?

Me parece que son el complemento ideal para la Semana Grande y para el verano santanderino. Y primero de todo creo que es el modo perfecto de seguir haciendo España, seguir difundiendo nuestra cultura y nuestras costumbres.

¿Qué impacto real genera la Feria de Santiago en la ciudad?

Es un motor económico para la ciudad de Santander. Cuando empieza a demonizarse los toros, por esas voces críticas sin fundamento, buscamos en Santander datos objetivos. Hicimos un estudio del impacto económico que la semana taurina tiene en la ciudad. No son calculados por políticos, fue la  Universidad e Cantabria quien valoró el impacto económico en 7,2 millones de euros. 7,2 millones es una cifra realmente importante. Además estamos transmitiendo la cultura. No tenemos ningún complejo en poder ir a infinidad de espectáculos, y a los toros también. En Santander tenemos una plaza con 132 años de historia. Debemos mantener ese patrimonio y darle uso, lo mismo que a los más de cien empleados fijos o temporales que requiere la Feria.

¿Nota que el sector turístico se interesa por los toros en Santander?

Ciertamente. Son muchos los directores de hoteles que en noviembre nos preguntan cuándo va a ser la Semana Grande y la Feria Taurina porque ya les piden reservas en esas fechas. Recibimos autobuses de Comunidades limítrofes. Vienen, comen, van a los toros, se quedan en las casetas de la Semana Grande, y duermen aquí. Nos preocupamos de que el mundo del toro esté blindado y sea sostenible. Siempre en la feria de Santander hay 5 corridas ordinarias, una de rejones y una novillada. Si queremos que el día de mañana haya maestros tendremos que dar la oportunidad a los novilleros. Con lo cual todo esto hace que mi contacto con el mundo del toro sea placentero para mí, pero también para la ciudad de Santander. Con datos objetivos.

¿Qué es lo que más admira de una persona que se pone delante de un toro para engendrar arte?

La valentía, el coraje y también ese arte. A mí me parece que es un artista que baila, se enfrenta con el toro, pasa de muleta a una fiera delante de 10.000 espectadores. Enfrente tiene a ese maravilloso animal que está con él varios minutos, que a veces son eternos. Tener valor, salvar la vida, lidiar bien y dar un espectáculo que parece realmente imposible. Y luego la elegancia del torero cuando se acerca al toro. Me parece seductor, me parece elegante, me parece artístico. Eso son los toros, cultura y espectáculo.

¿Cuál de las dos dimensiones del toreo le atrae más, la ética o la estética?

Tiene que haber un equilibrio. Para la estética tiene que ser un toro bonito, una faena elegante. Y la ética tiene que verse en la complicidad entre toro y torero, tiene que verse también el buen hacer del torero para tratar hacer una faena limpia. El aficionado sabe cuando se le ha pasado el momento al torero, y cuando, manteniendo el respeto al toro, mete dignamente la estocada. Por eso creo que son las dos cosas, ética y estética.

¿Qué le parece el ritual del toreo, tanto en la plaza como en los momentos anteriores y posteriores?

Es un ritual con muchísimo respeto y concentración. Me encanta. Ver cómo el apoderado está en contacto con el torero y estudian al toro. Me encanta cuando hay toreros que pasan por la capilla. Me encanta la concentración del torero en el hotel. Me encanta cómo se visten, cómo eligen a quiénes pueden ir a verles vestir en la habitación. Me encanta como se ayudan unos toreros a otros, cómo están atentos a los que está ocurriendo en la lidia. Y me encanta cuando hay una salida por la puerta grande. Me encanta que los toreros sean cada vez más abiertos a la afición y a la sociedad.

Creo, alcaldesa, que ese es un aspecto importante, la conexión del torero con la afición.

Hemos presentado la feria en Gijón y ha estado con nosotros Dávila Miura. Si antes los maestros estaban ahí arriba y casi no se les podía hablar porque estaban concentrados, se subían con la cuadrilla en un furgoneta y se iban, hoy el torero es el primero que explica su trayectoria profesional, es el primero que agradece a las peñas su apoyo. Algunos tienen peñas muy significativas como el Cid, a la que yo conocí en una cena. Me encanta esa apertura porque ante la amenaza debe haber unidad. Las instituciones abriendo la plaza y programando toros, las empresas siendo valientes arriesgando su dinero, y las ganaderías, los matadores y los subalternos abriéndose también a ser más didácticos para que se entienda su arte y su cultura. Como cualquier otra manifestación. Que nos expliquen cuantos puestos de trabajo se generan, todo lo que hay detrás del mundo del toro. Tenemos que escuchar al torero, sentir esa emoción que traslada cuando habla de una faena y cuando está con su afición, cuando está con quien ha reivindicado que ese torero venga a la ciudad de Santander.

Pocas personas sensatas discuten la dimensión cultural del toreo. Sin embargo se trata de una actividad muy especial. ¿Qué es lo que sublima y hace distinta la cultura del toreo?

Va intrínsecamente ligado a la cultura de nuestro país. Creo que hay modas y hay culturas. Creo que hay diferentes manifestaciones culturales, la música es otra, por supuesto. Hay artistas músicos y hay artistas toreros. Yo creo que no hay que elegir entre una u otra. Hay que recibir todas con respeto, valorar todas, y todavía con más respeto tolerar a quien le guste, que paga y, de manera libre, va. Los toros como cualquier otra manifestación cultural. Creo que la historia de los toros forma parte de la historia de nuestro país, y la historia de nuestros toreros es irrenunciable. Es cultura.

Hasta hace poco se glosaba la figura del torero como un héroe romántico. Hoy, sin embargo está denostado en muchos sectores. Quizá se esté igualando por abajo. ¿Cómo se explica ésto?

Todos somos personas y nadie es más que nadie. Cada uno tiene su arte. No debemos dejarnos llevar por modas, por tendencias y porque alguien hable más alto y lo repita con más frecuencia. No me gusta ser radical absolutamente en nada. Entiendo que a la gente en un momento de la vida le guste una cosa y después le guste otra. Lo que no entiendo es que por pertenecer a un partido político o a un colectivo me digan que es lo que tengo que hacer. Eso degrada a la persona. Cualquier alcalde que tenga una infraestructura como una plaza de toros, debería poder explicar si programa o no programa toros. Yo en Santander no tengo ninguna duda. Además me gustan los toros. Además voy todos los días a la localidad reservada a la alcaldía. Además invito a personas de reconocido prestigio que apoyan el mundo del toro. Todo eso puede ser además. Pero por supuesto que mientras haya 29 peñas en mi ciudad, mientras tenga una afición que pida toros, los valore, los entienda, mientras tenga una Semana Grande en la que los toros generan un impacto económico de 7,2 millones de euros, mientras lo pida el sector turístico y lo disfruten los aficionados, en Santander se seguirá propiciando.

En los últimos años se ha cedido la plaza a una empresa especializada para la organización de la Feria de Santiago.

Efectivamente hemos hecho un concurso público. Yo he querido blindar los toros en Santander, por eso hemos sacado la plaza a concurso. Ganó “Lances de Futuro” y tiene la posibilidad y el derecho, según contrato, de programar los toros en este año. Dada la convulsión económica y el ruido político que existía nos pareció interesante blindar los toros mediante la colaboración público privada. Y eso es lo que hemos hecho.

Otro de los inconvenientes a los que se enfrenta el toreo es que nos hablan crudamente, en directo y en tiempo real de la vida y de la muerte, y eso no encaja bien con el estilo de vida dominante.

Creo que ser torero es una gran lección. Arriesgar tu vida cada vez que sales a la plaza. Eso implica profesionalidad, generosidad y humildad. Son valores que no todo el mundo tiene. Hay algunas profesiones que requieren ese extra, no sólo es aprendizaje, son necesarios coraje y valor. Afecta incluso a la condición física. Una cogida en un torero está recuperada en veinte días, mientras que a otra persona le costaría tres meses. Están hechos de otra pasta, tanto física como emocional. Hay que gestionar las emociones para que un toro te haya hecho un extraño y continuar la faena. Creo que son de otra pasta que amalgama lo emocional y lo físico.

Diego Urdiales, un toreo muy espiritual, asegura que para torear hay que olvidarse del cuerpo y dejar que el espíritu fluya.

Cada uno tiene su modo de autocontrol, su técnica o su táctica. Padilla tiene una gran afinidad con esta ciudad. Cuando yo me entero que vuelve a torear con su limitaciones físicas, me parece que no hay necesidad de asumir ese riesgo adicional. Un torero lo es desde que sale por primera vez a la plaza, y muchos vuelven tras cortarse la coleta, porque es algo muy vocacional. Va toda tu persona en ello.

Dice Adolfo Suárez Illana, político y aficionado práctico, que los toreros y los políticos no se retiran nunca. Es decir, que tienen algo en común con usted.

No me comparo porque no tenemos nada que ver, pero efectivamente son dos profesiones que exigen algo más que la profesionalidad. Tiene que haber ese extra de dedicación y de riesgo. Pero sí que son profesiones que se eligen pudiendo tener otras opciones, y que te llevan más que ocho horas al día o una preparación convencional. Conllevan mucho más. Pero no me comparo con un torero.

El toreo es muy adictivo. Se vive continuamente en situaciones límite que provocan una fuerte secreción hormonal. Un torero felizmente retirado, gran figura de su tiempo, rico y reconocido nos comentaba hace unos días que se muere por volver a los ruedos.

Exponen tanto su vida que no sé cuál es la motivación. Tal vez sea que te engancha. El riesgo. Sobre todo después de una cogida. Cómo se vuelve a recuperar la confianza en tu cuerpo la primera vez que te pones delante después de una cogida. El toro me destrozó la pierna y no sé como voy a responder. Es complicado porque está en juego la vida, no sólo el prestigio. Ni la economía. Está en juego el futuro de tu cuadrilla, tus hijos, tu familia, tu finca. Hay muchos condicionantes para que tengan una gran responsabilidad.

Alcaldesa, ¿los toros dan votos o quitan votos?

Los políticos somos antes que nada personas. Yo dejaré un día de ser política y alcaldesa, pero nunca de ser persona. Si a mi me gustan los toros no lo deberé ocultar. Si los toros son beneficiosos para Santander deberé programarlos. Hay que ser coherente y responsable. Hay que trabajar para que Santander esté cada vez mejor. Si dejara de haber toros la gente dirá: ¿dónde está la Gema que yo conozco? La alcaldesa es una persona conocida por casi todos en una ciudad. Además por mi manera de ser, y estoy muy orgullosa de ello, soy muy cercana. Por eso Santander va a seguir teniendo feria taurina con esta alcaldesa, por supuesto.

Tanto si da como si quita votos.

Es que yo no estoy aquí calculando los votos. Yo estoy aquí para beneficiar a Santander y para ser íntegra como persona. Además me gustan los toros y como son beneficiosos para Santander estarán aquí. Después si dan o quitan votos será resultado de cómo soy como persona y de si he beneficiado a Santander y a los santanderinos. Que son muy listos, como todo el mundo.

El mundo del toro mira mucho hacia el pasado, hacia la edad de oro, hacia las figuras de época, hablamos de Joselito y de Belmonte, de Pedro Romero y de Pepe Hillo, pero hay pocos análisis sobre qué puede ocurrir en el futuro. ¿Cómo lo ve usted?

Depende de todos. De los políticos, de los aficionados, de los toreros, de los empresarios, de las cuadrillas, del mundo rural…

No veo amenazado al mundo de los toros. Lo veo con dificultades. También puede que ésta sea la oportunidad para unir al mundo de los toros, la oportunidad de ir todos de la mano para defendernos, la oportunidad para que el torero sea más accesible, para que nos hable de primera mano y sea el enganche para muchos nuevos aficionados. No creo que vayan a terminarse los toros, sobretodo porque si miramos hacia la historia, hacia atrás no sería justo que se acabaran.

Muchas gracias por sus palabras. Es usted muy amable. ¿Quiere añadir algún comentario más?

Sólo daros las gracias por esta entrevista, e invitaros a vosotros y a todos los aficionados a que conozcan nuestra Feria y nuestra ciudad.

Gracias a usted, y esté segura de que nos veremos de nuevo en julio, por Santiago.

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