Cómo recuperar la raíz popular de la Fiesta
Javier Núñez es un ganadero de abolengo que dirige en la actualidad el hierro de La Palmosilla con un enfoque innovador y fundamento científico. Hombre emprendedor, profundo conocedor de la historia del toreo, la genealogía del toro y su biología, estudia la situación del toreo y propone una solución tan factible como necesaria: la recuperación de los espectáculos menores como germen de las grandes ferias.
Los datos son elocuentes, ya que según un informe que presentó en la Venta de Antequera ante la incipiente Fundación Toro de Lidia en enero de 2016:
“Del total de 2.890 plazas de tercera categoría que existen en España, tan sólo 394, han organizado algún tipo de festejo, y de éstas tan sólo 144 han dado novilladas picadas haciendo un total de 199 las celebradas en plazas de tercera categoría en la temporada 2014”
Sus estudios sobre la materia ahondan en el problema y llega a estimar otros datos aún más abrumadores:
“En relación a novilladas sin caballos, festivales sin picadores y clases prácticas, no he encontrado una estadística fiable. Unos dicen que son entorno a 300 otros 450. Tomando la mayor nos arroja la cifra de que en España hay unas 2000 plazas de toros que no han organizado ningún espectáculo”
Huye del tópico, que tanto daño hace a la Fiesta, cuando afirma sin ambages:
“Ese eslogan de Pablo Lozano de que sin toros no hay fiesta, ya no es cierto. Hay muchas poblaciones que celebran sus fiestas sin la presencia de la Tauromaquia. Estamos perdiendo el carácter popular que siempre ha tenido la Fiesta, convirtiéndonos en un espectáculo de masas….minoritarias”
Su análisis se centra también en la figura del novillero, sin duda el futuro del toreo, que se enfrenta a una situación realmente hostil:
“En estos últimos años el sector ha abandonado su futuro: la cantera. La promoción de nuevos valores no ha estado respaldada de forma organizada. Si bien es cierto que se han creado innumerables escuelas taurinas, la labor de estas acaban cuando llega el debut con caballos.
Alguien que quiera ser torero comienza en una escuela, torea novilladas sin caballos, debuta con caballos, bastantes en plazas de primera, con la esperanza de tener algo de suerte y poder torear unas 33 novilladas, que es lo que ha toreó el líder del escalafón Borja Jiménez ese año.
Con este escaso bagaje se da el salto al escalafón de matadores donde tienen que seguir preparándose hasta cuajarse. A medida que se van cuajando pasan unos años en los que el efecto de la novedad se diluye, y cuando están en sazón muchos de ellos ya están vistos y pierden tirón de cara a la taquilla.
La última gran generación de novilleros con Finito, Jesulín, Litri, Camino, Aparicio, Ponce y alguno más, llegaron a la alternativa con más de 100 novilladas toreadas, y renovaron de forma natural el escalafón de entonces.
En esencia, la razón por la que no se dan más espectáculos menores es que los costes de producción del festejo hacen hoy por hoy inviable su celebración”
Tras el diagnóstico Javier propone una solución que tendría dos beneficiarios, el mundo del toro y la propia Administración:
“Paradójicamente la mayor perjudicada de que no se celebren espectáculos menores a parte de la Tauromaquia, es la administración, que deja de recaudar mucho dinero.
Conseguir un régimen impositivo más favorable es una solución ideal, que depende de la buena voluntad de la Administración, y que es un objetivo a conseguir a medio plazo”
La propuesta de Javier Núñez es clara: la creación de un nuevo festejo menor de promoción.
“Tenemos que ser capaces de diseñar un nuevo festejo menor a unos costes de producción mucho más bajos, que sea viable y accesible para el público a un precio reducido. Para conseguir dar nuevos festejos allí donde a día de hoy no se da ninguno. Para dar trabajo allí donde hoy por hoy no lo hay. Para conseguir formar y preparar con más garantías de éxito a los toreos del futuro que puedan renovar de forma natural el escalafón.
Hagamos un nuevo espectáculo menor con carácter formativo en el que además podrán prepararse los futuros toreros, banderilleros y picadores. Podrá además acogerse a las bonificaciones de seguridad social que la ley contempla para la promoción y fomento de la cultura”
La forma en que se estructure este nuevo festejo resultará crítica para su desarrollo, de modo que es necesaria un propuesta clara y viable:
“Debe ser la necesaria para asegurar el buen funcionamiento del espectáculo, y lo suficientemente reducida para garantizar la viabilidad del mismo. Esta propuesta no trata de sustituir los actuales festejos menores de novilladas con caballos y sin caballos o el tradicional festival. Por el contrario viene complementar y a llenar un vacío real que se da hoy día”
Otro de los aspectos a considerar es el perfil de los actuantes en las nuevas funciones de toros, así como el origen de las reses y la organización de la lidia:
“Novilleros, practicantes o aspirantes, con caballos, sin caballos y becerristas, sean o no alumnos de escuelas taurinas.
Pero va dirigido también a todos aquellos que quieran iniciarse en la profesión de banderilleros y picadores, para que puedan asimismo formarse.
Un espectáculo donde haya un director artístico y de lidia que supervise las labores de los novilleros en formación, más dos o más banderilleros profesionales que los auxilien.
El director artístico sería el máximo responsable del desarrollo del festejo, desde la elección del ganado, el orden de la lidia y el desarrollo de la misma.
Las cuadrillas, además de los banderilleros profesionales, estarán completadas por novilleros en formación o alumnos de escuelas taurinas.
El ganado iría desde añojos a utreros, con los límites de peso convenientes para la formación de los aspirantes y siempre bajo la supervisión del director artístico.
La UCTL fomentará entre sus asociados la cesión de la menos el 5% de sus camadas para este festejo nuevo de promoción.
El delegado gubernativo se encargará del cumplimiento del reglamento y velará por el orden público.
Puede haber dos caballos de picar ligeros para que, cuando proceda y bajo el criterio del director artístico, un picador en formación pueda picar.
Deben evitarse los costes veterinarios, excepto el necesario para temas sanitarios de las canales, que debe ser asumido por la Administración, al igual que el médico y la ambulancia.
La estructura básica de este nuevo festejo debe ser muy sencilla y a la vez permitir una gran flexibilidad para su organización”
Javier Núñez propone además la existencia de órganos de seguimiento y control de esta nueva iniciativa:
“Para asegurar el buen funcionamiento y evolución de este festejo será necesaria la designación de una comisión mixta de profesionales y Administración que realicen un seguimiento y análisis del mismo, evaluando anual o semestralmente el desarrollo de este tipo de festejos para su control y mejora.
La federación española de municipios y provincias podría ser el organismo encargado de canalizar y seguimiento de este tipo de espectáculos
Es el momento de sumar, el toro está en la plaza, debemos poder con él”
La propuesta es innovadora y sugerente. Es momento de validarla y, si procede, avanzar en su implantación, pues dos mil plazas sin toros es un derroche de oportunidades que la Tauromaquia no puede permitirse.
Javier Bustamante
Para Toro Cultura
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