Álvaro Domecq: «El toreo está mal en la burocracia, en quien manda»

Don Álvaro Domecq Romero esa una institución en el mundo del toro. Hijo y nieto de criadores de reses bravas, es además un consumado rejoneador que conoce las principales plazas del orbe taurino, y ha triunfado en la mayoría de ellas. Es testigo y protagonista de más de medio siglo de historia del toreo, conocedor de todos los registros de la Fiesta, hombre polifacético y emprendedor, ha creado empresas de sectores diversos, además de la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez, uno de sus logros más universales.

Nos recibe en su despacho de Los Alburejos, mítica finca que le ha visto crecer, como hombre y como torero, lugar frecuentado por los grandes protagonistas de la Fiesta, en el que se ha discutido y se han tomado decisiones que han influido en el devenir del toreo.

Su conversación es pausada y profunda. El análisis que realiza del presente y su previsión del futuro se basan en su experiencia y en el deseo de contribuir a que la Fiesta sea cada vez más atractiva y un poco más justa.

Atardece y las últimas luces muestran los perfiles suaves de las colinas y la silueta soberbia de los toros que aquí se crían, en una atmósfera cálida que invita a la confidencia.

 

Buenas tardes don Álvaro. Vivir en un lugar como éste debe infundir una buena dosis de torería.

Yo vine de pequeño y me hice rejoneador. Me ha gustado mucho el campo, la garrocha, montar a caballo, y he vivido una vida muy taurina. He toreado durante veinticinco años, y me he ocupado de mis caballos. Ahora que falta mi padre me he hecho cargo de la ganadería llamada Torrestrella, porque tenemos un bonito castillo llamado así y hemos luchado toda la vida por mantener las tradiciones que yo había visto de pequeño en Jandilla, con mis tíos y mi padre. Seguimos con el mismo sistema y tenemos mucha alegría por la Fiesta.

 

Es agradable escuchar de su boca un mensaje así de optimista.

En Bilbao me invitaron a un coloquio y todo el mundo hablaba un poco trágicamente; que los toros no embestían. Yo dije “vamos a levantar el ánimo”, yo lucho por otra cosa, que el toro tenga emoción y, lo dije allí, que ese día te premien un toro por una entidad tan importante como es el Club Cocherito. Al día siguiente lidié en Vistalegre y no me quedé disgustado de la corrida. Hubo matices, el toro último se movía, después se quejó un poquito, se quedó congestionado, le faltó fuelle. Algunos toros se paran, otros no son bien comprendidos por los toreros, o no están en su mejor momento. Es una plaza de Bilbao, una plaza grande, bonita, con un gran criterio de los aficionados que tratan con mucho respeto al toro, haber conseguido este premio es un honor.

 

De los más prestigiosos además. Su actual hierro de Torrestrella es origen Parladé y ha evolucionado hasta convertirse en un encaste específico.

Mi padre compraría a lo mejor un desecho, pero con la afición que siempre hemos tenido me dejó una gran ganadería. Él tuvo más éxito que yo, pero creo que yo también lo voy a tener.

 

Esta temporada está obteniendo importantes triunfos.

La embestida del toro hay que amoldarla. Hoy los toreros no están acostumbrados a que el toro sea fuerte y repita porque se han dejado un poquito. Este año en Sevilla le cortaron la oreja tres, y espero obtener más triunfos.

Don Álvaro Domecq con Toro Cultura

Sin embargo vender toros no es fácil para casi nadie.

Me queda un par de corridas, pero los toreros están muy unidos y les cuesta abrir la mano y no dejan a los demás toreros entrar. También les cuesta trabajo cambiar de ganadería porque hoy hay ganaderos muy famosos que dan cerca de 300 toros al año cada uno. No dejan que entren otros ganaderos, está un poco monopolizado y entonces si yo sigo haciendo lo mismo que ellos a lo mejor no puedo entrar, pero si crío un toro que se mueva más y embista cada vez mejor podremos entonces meter la cabeza. Si no cuesta mucho trabajo.

 

En cualquier caso Torrestrella se ha convertido en una divisa mítica.

Pero hay que conservarla mítica. Si no pierde uno el tren.

 

Dijo que usted es un aficionado con una ganadería ¿no es ganadero al uso?¿pesa más la ilusión del aficionado que la profesionalidad del ganadero?

Hay que hacer caso al público. El otro día oía yo que el público se aburre; hay que procurar que esto no pase. La selección es para eso. Más vale tener menos vacas y estar muy pendiente de la cría. Mis toros se mueven y todo el mundo está pendiente de la corrida. Hay que volver a crear toro-dependientes. Si hacemos un toro que lo torea cualquiera porque es demasiado noble, entonces no vamos a tener sitio. Habrá que criar un toro que se gane el respeto. Antes se cortaban muchas orejas a base de emoción, y los ganaderos debemos mantener la emoción.

 

Recientemente ha dicho usted que no le gusta que las figuras maten sus toros.

Son todos amigos, vienen mucho por aquí. A mi me gusta que los mate el que quiera estar bien, pero hoy en día es difícil. Quiero que me la mate el que sea, no pongo condiciones, pero el toro tiene que tener emoción. Si no tiene emoción y da la sensación de que cualquiera puede matar un toro, y eso al espectador le baja mucho.

 

No ayuda que toreen lidiadores mermados de facultades como fue el caso de El Soro meses atrás.

Esto no es para gente con problemas, sino para gente que esté muy fuerte. El toro bonito es el que repite y hay que estar muy preparado.

 

¿Cómo es el toro con el que sueña?

El número 5 de Bilbao de la semana pasada. He lidiado muchos así. Que embista bien, que no tenga peligro pero que embista con fuerza y con coraje. Eso se dice pero no siempre sale. En la selección quito enseguida a la vaca que no da ese perfil.

Me gusta que galope, y el galope del ensabanado en Bilbao era de ponerse en pie. Todo eso es apasionante. Si yo pudiera sacar de la libreta que todos los toros hicieran eso sería una gran alegría, para mi y para los toreros.

 

¿Cómo ve le presente de la fiesta?

Hay pesimismo en el toreo. La verdad es que hay veces que la gente se aburre, y la corrida no es para aburrirse sino para vibrar. Los ganaderos tenemos que tener esto muy presente, pero ahora hay un poco de monopolio. Los toreros están muy unidos y no abren carteles. Esto no puede ser. Hay que dar sitio a todo el mundo y debe haber espectáculo.

 

¿Han echado algunos ganaderos demasiada agua al vino?

Yo nunca he echado ni una gotita. Yo mismo me echo vino porque además soy bodeguero. Tenemos en esta tierra un Jerez que es una maravilla, y le digo, soy más de vino que de agua.

Don Álvaro Domecq con Toro Cultura

Otro de los grandes criadores, Celestino Cuadri, dijo que el toro encastado embiste para coger, el descastado para que no le molesten.

Yo no quiero que mis toros embistan para coger. Yo quiero que embista para ver una faena bonita. Que galope alrededor del torero, que meta la cara, que fije su embestida. Pero es un animal muy difícil de manejar.

 

También en el campo.

Recuerdo que en una finca de mi padre había un toro muy difícil, se quedó allí de utrero y había muchas dificultades porque no lo veíamos, de noche ni de día. Era una finca de monte, y costó mucho sacarlo de allí.

Ahora está todo muy apaciguado, las fincas tienen cerramientos y es más fácil manejar, pero nunca se le puede quitar su casta. El toro es bravo y no se le puede quitar. Que sea una bravura noble y sana, pero que sea bravura.

 

¿Cree que la evolución del toro está siendo la adecuada?

Hoy existen toros que embisten muy bien y se hacen grandes faenas. Hay muchos éxitos de los toreros. Ahora, igual es necesario que embista un poquito más.

Yo lucho porque sea bueno y sacar de mis vacas toda la bravura que pueda.

Lucho por lo bueno, por la calidad, aunque algunas veces no lo consiga.

 

¿Se torea en 2016 mejor que nunca?

Están muy preparados y han salido unos cuantos nuevos que todo el mundo va a verlos, como Garrido, Roca Rey, López Simón, Javier Jimenéz, Ginés Marín. El monopolio les ha tenido parados, porque sus apoderados son los mismos que los de las figuras, pero ellos han dicho que quieren torear más y ahí está su éxito.

El toreo está mal en la burocracia, en quien manda en ellos.

Algunas veces tiene uno una corrida vendida y llegan y la desechan, y eso no es la seriedad que antes existía. Hay uno que quiere mandar en todos los lados y eso no es bueno para los toreros ni para los ganaderos.

 

Monopolio que ¿ha existido siempre?

El toreo debe ser plural. No puede ser que algunos quieran mandar sobre los toreros y sobre los ganaderos. Eso no puede ser. El ganadero tiene que decir algo, no puede ser el último de la cola, porque si mañana quitamos los toros se acabó el toreo.

Yo se que criar un toro muy bravo algunas veces molesta, ya lo dijo Belmonte: “Líbrame de un toro bravo”

 

Busca un toro bravo y de calidad.

Es difícil.

Don Álvaro Domecq con Toro Cultura

¿Cómo hace usted la selección?

Lo mismo que se hacía antes cuando mi padre estaba. Yo los machos, cuando son erales, los corro en el campo y ahí veo su embestida, el galope que traen, como llegan al caballo de picar, y eso me sirve para saber cual va para toro, cuál para novillo y cuál va para festivales.

La hembra se tienta aquí. Yo creo que viene todo el escalafón, incluidos los jóvenes. Las veo tanto con el caballo de picar, que haya bravura y duración, y después con la muleta. Las exijo bien para que se vea a dónde llegan y cuántos muletazos buenos tienen.

Esa es mi selección y luego procurar que el manejo sea el justo, a veces se meten demasiadas veces en las mangas para vacunas y saneamientos, ahora incluso les ponemos las fundas y se las quitamos otra vez, y eso al toro aprende siempre algo. Lo mejor es tocarlo poco.

 

Las fundas tienen cada vez más detractores.

Ahora estoy pensando en no ponerlas. Si se muere un toro pues se murió, pero tocarlos tanto es malo porque aprenden.

 

¿Qué momento feliz como ganadero recuerda con mayor intensidad?

Acabo de recibir un premio en Bilbao. Cuando me llamaron me llevé una gran ilusión. La ganadería cuesta ahora mismo trabajo defenderla. Yo ahora tengo una gran corrida y no la puedo lidiar, porque se me ha puesto ya fuerte, la tengo que mandar para las calles. Tendrá éxito en las calles y no en la plaza.

 

Paradojas del toreo.

Una súper corrida de trapío, hechuras, de pelos, la he tenido de exposición. Ya la tenía vendida para Málaga, y pocos días antes de la feria me dijeron que no la necesitaban. Es una pena porque estoy tan seguro que me voy a quedar con algún toro para verlo aquí tranquilamente y que lo lidie algún matador que quiera torearlo, que debe haber muchos.

 

Don Álvaro, qué valores del toreo son para usted primordiales.

Se pasa miedo, está es una profesión de miedo. Ésto es un desgaste. A mí me pasaba, que el valor se va desgastando, y ahora que se torea tantos años todavía más. Entonces llega un momento que está uno menos seguro que antes. Cuando uno es más joven piensa menos en lo que le va a pasar, con la edad piensas más y entonces te cuesta más trabajo.

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El valor, condición necesaria para triunfar.

Hoy los toreros son súper toreros. Hay alguno con más arte que otros, pero todos con mucho valor. Tenemos grandes matadores de toros.

 

¿Cree que hay riesgo de desaparición de la Fiesta?

Yo ninguno. No puedo pensar en eso, si no me tengo que buscar ya otro negocio. Criar al toro cuesta mucho dinero, no se le gana y lo tienes por afición, pero si se va a acabar habrá que cambiar ya.

 

Sin embargo la amenaza política parece una amenaza real.

Aquí se amenaza a todo. El no por delante.

Es una pena porque yo ahora vengo de Castilla y ves desde por la mañana el encierro, todo el día está la gente pendiente del toro y digo ¿si se acabaran los toros esta gente qué haría? Es la fiesta.

Comen beben, se levantan a las 6 de la mañana, traen los toros, sueltan toros para que la gente los corra. Sin eso la gente se aburriría.

 

Parece que hay zonas con menos arraigo.

Yo he estado en muchos sitios y se vive con pasión.

 

toro¿Cómo cree que será el toreo dentro de veinte años?

Con la selección será mejor. Tiene que haber más ganaderías. Se han cerrado algunas porque otras se han hecho muy grandes y tienen hasta trescientos toros para lidiar. Con dos o tres de esos basta para todas las ferias y a los demás no nos queda sitio. Tenemos que empujar para abrirnos un hueco. La fiesta va a ir para arriba porque los ganaderos saben mucho y seleccionan mucho.

 

Fundamenta su optimismo en que habrá más calidad y más afición.

Además hoy los toreros nacen toreando y tienen una buena formación.

 

Desde algunos ámbitos se está proponiendo el toreo sin sangre como recurso para evitar los ataques de los animalistas ¿qué le parece esta opción?

El toro es muy salvaje, muy brusco y muere por su culpa, porque si hubiera sido más dócil se habría empleado para trabajar en los campos, pero él nunca se dejó. Es una suerte muy bonita, es una afición, se prestigia al torero y después, cuando el toro embiste orgulloso, queda en el recuerdo. Es un animal que está hecho para morir y alimentar a las personas. ¿Cuántos animales mueren todos los días en los mataderos o cazados? Los animales han nacido para la alimentación del hombre, y entre ellos el toro, y encima se mata con poder, con fuerza. El toreo es un arte y ese arte hay que conservarlo. No olvidemos que se llaman matadores de toros.

 

Uno de los veinticuatro privilegios del toro que analizamos en nuestro medio es precisamente ese, el de convertirse en leyenda.

Son muchos recuerdos; tengo las cabezas aquí, yo quiero también a los toros, pero comprendo que es un animal que muere para alimentar al hombre. El toro tiene que morir; muere además para preservar su raza y su prole.

 

Hay muchas muertes animales tistes e indignas.

Yo pienso que un ternero se ceba y muere sin ninguna gloria, porque se necesita para la alimentación humana. El hombre tiene una inteligencia mayor que los animales y la aprovecha. Si fuera toro preferiría morir en el ruedo que en un matadero.

 

Don Álvaro, lleva usted más de medio siglo viendo toros, ¿qué toreros le han llamado más la atención?

Tantos. He visto torear a Manolete cuando era chico. Mi padre era muy amigo de Belmonte. Desde Joselito El Gallo para aquí he visto la grandiosidad de la fiesta. Aquí y en en México. No me puedo quejar, mi vida ha sido taurina al cien por cien. He vivido en una plaza años y años, y hay veces que me pasaba más de 100 días al año de la plaza al coche. Eso te da mucha experiencia. Los días que no he toreado he estado en grandes ferias, como Sevilla, El Puerto, Jerez, Madrid, Francia, el norte de España, como Bilbao, San Sebastián y Santander. Son plazas a las que me gusta ir.

 

Casi siempre con un caballo cerca.

Siempre a caballo. Yo he sido muy aficionado al caballo. Mi padre desde pequeño me inculcó la afición, hasta el punto que nunca me castigó sin montar. La obligación de montar era diaria. Yo me fui al colegio de Portaceli en Sevilla, vi que había allí una huertecita y le dije a mi padre que me llevaba un caballo. Cuando después me fui a Madrid me llevé dos caballos que montaba cada día. Me dediqué mucho al toreo y a la alta escuela. Hice una gran escuela en Jerez, la Real Escuela de Arte Ecuestre. Paseé mis caballos por todo el mundo. Los llevé a las olimpiadas los clasifiqué, y ganamos una medalla de plata con caballos que han hecho mucha historia. Pero llegó la política y Magdalena Álvarez cambió de director, esta señora no tenía maneras. Es una pena porque ahora, los caballos que hay, son peores.

 

La Real Escuela de Arte Ecuestre ha conseguido reconocimiento internacional.

Conseguí eso para Jerez y hoy es su principal atracción turística. Además hubo una selección de caballos impresionante. Hay que tener mucha pasión para hacer eso.

 

¿Conoció a Juan Belmonte?

Ese fue un hombre al que admiré y fue un gran amigo de mi padre. Además era un caballista excelente. Una vez mi padre, cuando yo tenía dieciséis años, viendo que el caballo de Belmonte se quedaba cojo, le dio el mío. El tío corrió con el mío y mi padre le dijo que se lo llevara. Yo eso no me lo esperaba. Él después me convidaba a sus tentaderos y corría con ese caballo los dos primeros becerros y yo los otros dos. A él le gustaba mucho. Y decía “Cuando me lo dio su padre el niño no puso buena cara”

 

Don Álvaro Domecq con Toro Cultura

¿Convivió con él?

Él iba a Madrid cada cierto tiempo a comprar puros, y yo iba con un Renault 4/4 que tenía. Mi padre iba mucho porque era procurador en Cortes, y un día fue con Miguel Criado, que era muy amigo de Belmonte. Íbamos y lo recogíamos, hace mucho tiempo, todavía había trenes con carboncilla. Recuerdo que íbamos a un estanco y Juan escogía los puros uno a uno, los empaquetábamos y después pedía puros de otra clase, para amigos, y decía “Es que si no se fuman los míos”

 

¿Qué recuerdos tiene de él como persona?

Iba a comer con él y con los intelectuales, y yo estaba más calladito que en misa. Era un hombre que te impresionaba. Ha sido un gran hombre. Me caía muy bien y como era tan amigo de mi padre iba mucho a mi casa de Jerez. No se movía sin mi padre, le acompañaba mucho.

 

Un hombre de carisma.

Impresionante.

 

¿Qué otros toreros le han dejado huella en el recuerdo?

He conocido a otros grandes toreros como Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín, El Litri, Chamaco, Pepe Luis Vázquez, todos los que en aquella época estaban. Luego han venido Camino, Diego Puerta. Curro Romero, ha venido mucho por aquí, y en esta mesa ha jugado cientos de veces al dominó. Les tenían que tocar la campana para que terminaran.

 

Su padre tuvo también relación con Manolete.

Muy amigo suyo. Venía mucho a la finca y eran uña y carne. Estuvo el día de su muerte porque le llamó, fue a Linares a hablar con él, y fíjate lo que pasó.

 

¿Era el albacea?

Se ocupó de las cosas de Manolete porque ganó un dinero en muy poco tiempo, pero con mucho esfuerzo. Era una maravilla de torero, se quedaba quieto.

 

Don Álvaro, dado su optimismo, agradeceremos que nos envíe un mensaje positivo para todos nuestros lectores.

El toreo va a seguir muchos años porque es un espectáculo, que hoy además no está fácil, dos pitones y un toro más bravo. Pero es tan bello; la fiesta, la música, el paseíllo, la gente. La fiesta tiene una cantidad de matices, la de las capeas y la lidia en ferias, es tan bonita que yo creo que no tiene peligro.

 

¿Cree que se acercarán más los jóvenes a la Fiesta?

Hay que atraerles para que la conozcan. Cuando van a los toros se les pasan las dudas. Es un espectáculo.

 

Sin embargo en ferias importantes como Madrid, Sevilla o Bilbao la media de edad es muy elevada.

Porque para la juventud es caro, pero cuando tiene dinerito y si lo promocionan se creará afición.

Ahora he estado en pueblos de Castilla y saltaban a la plaza primero los mayores, después los medianos y al final los pequeños, los chaveas, allí recortando los becerros. La Fiesta sigue.

No se va a acabar. Ahora que también tenemos unos políticos que se empeñan en una cosa y dan mucho la lata. Pero hay que tener un poquito de respeto. Aquí cada uno hace lo que puede y lo que quiere.

 

En Bilbao, feria emblemática y de su agrado, cada vez hay menos público.

Éste año ha habido gente. Hay que buscar la manera. Hoy día hay que hablar más de toros, no vale sólo con colgar carteles, hay que buscar la calidad del toro y el torero, y ese el gran eje de la Fiesta.

 

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Yo lo hago, a todo el que me encuentre le voy a hablar de toros.

Don Álvaro Domecq con Toro Cultura

Gracias don Álvaro por su conversación y por los testimonios y opiniones que pone al alcance de nuestros lectores.

Gracias a ustedes.

 

Javier Bustamante para

Toro Cultura

 

 

 

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