Premio al valor de Juan Leal

Dos faenas valientes le reportaron a Juan Leal sendas orejas en Bilbao, y el reconocimiento del público que pidió con insistencia una tercera. La presidencia, aplicando criterios técnicos, no la concedió. Vino a Vista Alegre como hace siempre, con una necesidad casi biológica de triunfo, sin importar el precio que hubiera que pagarse. Lanceó con determinación, tanto en las verónicas de recibo como en un quite por tafalleras en el cuarto, y galleó por chicuelinas con garbo para llevar uno de los suyos al caballo. Inició sus trasteos según las dos versiones que suele ofrecer, una con pases cambiados en el platillo, y la otra de rodillas en el centro del ruedo. Pasó al natural con un par de series estimables; porfió en redondo, por circulares invertidos, pases cambiados por la espalda y trincherazos. Vació el terreno del toro hasta hacerse dueño del albero, soltó la muleta acercando su cabeza a la del quinto y finalizó el trasteo con ajustadas bernadinas que llegaron al tendido. Audacia sin matices, tanto como precipitación y, por momentos, destemple. Mató con arrojo dejando una estocada mal situada en su primer turno y otra fulminante en el segundo, lo que hizo flamear pañuelos y pedir trofeos mayores. Algún capítulo temerario hubo en su entrega, mas la nobleza de sus toros, evitó el percance.

Finito de Córdoba, que lucía un elegante terno obispo y azabache,  conoce como nadie este hierro, pues es asiduo a los tentaderos de “Los Romerales”. Sin embargo ayer no pudo lucir su toreo de pellizco y se limitó a apuntar dos bellas medias verónicas y algún pase de adorno con aroma añejo. Planteó sus trasteos al hilo del pitón proponiendo toques suaves que no provocaron embestidas profundas. Sus muñecas quedaron inéditas, tal vez por su falta de confianza, lo que irritó a la afición bilbaína, que le pitó al finalizar su primer turno.

José Garrido hizo lo más destacado al inicio de sus faenas. En su segundo se hincó de rodillas junto a las tablas y pasó al castaño ayudándose por alto con ajuste y verdad. En su primero se dobló por bajo para fijar al toro en una serie de empaque y altura estética. Sin embargo no encontró terrenos ni distancias. Aguantó las tarascadas del encastado tercero y sujetó mientras pudo al huidizo sexto, si bien no hubo mando en su toreo, y tardó en igualar al que cerraba plaza que se puso gazapón.

Nuevo éxito, por tanto, de Juan Leal en Bilbao, que le acredita como torero bizarro, con ambición de convertirse en figura del toreo. Ayer en Vista Alegre se le premió el valor.

Reseña:

Plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao, 24 de agosto de 2019, casi la mitad del aforo cubierto en tarde gris y húmeda.

Toros de Fuente Ymbro de excelente presentación en capas castañas y negras, cuatro ovacionados de salida. De juego desigual. Primero: Castaño, cinqueño, ovacionado de salida. Dos puyazos saliendo suelto. Fijo y humillado; brusco. División de opiniones en el arrastre. Segundo: Castaño listón, ovacionado de salida. Un puyazo empujando y un picotazo. Noble, fijo y humillador. Ovación. Tercero: Negro, cinqueño. Dos puyazos al relance empujando. Duro y encastado. Palmas. Cuarto: Negro, muy bien armado, ovacionado de salida. Dos puyazos arrancándose de largo. Noble. Silencio. Quinto: Negro, descarado de pitones, cinqueño, ovacionado de salida. Dos puyazos. Noble y encastado. Ovación. Sexto: Castaño, estrecho de sienes, ovacionado de salida. Dos puyazos. Distraído, huidizo y manso. Silencio.

Finito de Córdoba, de obispo y azabache: Estocada trasera caída (pitos). Pinchazo y estocada (silencio).

Juan Leal, de lirio y oro: Estocada delantera perpendicular (oreja). Estocada caída (oreja).

José Garrido, de rosa palo y oro: Estocada (palmas tras aviso). Dos pinchazos, estocada caída y descabello (silencio).

Incidencias:

Octava Corrida General de la feria de Bilbao.

Javier Bustamante

para Toro Cultura