Borja Jiménez se instala en el corazón de Bilbao

Borja Jiménez se instaló ayer en el corazón de la afición bilbaína por su entrega, firmeza y ajuste, ganado un mano a mano en el que no hubo rivalidad por la escasa prestación de su rival, Daniel Luque. Hizo el paseíllo desmonterado, pues era nuevo en esta plaza, recibió a sus tres toros a porta gayola en trompicadas largas cambiadas, quitó por delantales y chicuelinas en los turnos ajenos, y desplegó en el tercio de muerte el toreo fundamental, colocado donde los toros cogen, sin perder pasos, ciñendo su liviano cuerpo a las encastadas embestidas de los toros de Fuente Ymbro. Pasó con la verdad de su lado, sin alardes temerarios, prescindiendo de arrimones y circulares invertidos. Puso el valor a disposición del toreo clásico, asumiendo riesgos para torear, más allá de efectismos de oropel. Todo lo que hizo fue de metal noble, iniciando los trasteos con variedad, andándole a su primero, doblándose en redondo en su segundo, cambiando pases por la espalda hierático en el cierraplaza. Alternó el redondo con el natural, tiró el de pecho para finalizar las series, dibujó trincherazos y alcanzó el culmen ante el bravo sexto en una tanda sobre la mano izquierda de muleta baja, posición ceñida, rematando en la cadera como sólo pueden los elegidos.

Daniel Luque abrió plaza con un castaño zambombo flojo y parado al que hizo embestir hasta donde le permitieron sus escasas fuerzas. Alardeó técnica sobre ambas manos ensayando incluso el pase al que da nombre. El toro perdió pie en el momento de la estocada quedando la herida en un metisaca que degollador que deslució la faena. Sus otros dos turnos se consumieron sin brillo pues el negro vareado de impresionante arboladura y el castaño corpudo que completaron su lote fueron reservones inciertos, sin opciones para el lucimiento. Hubo de tolerar alguna colada y más de un arreón, e incluso la incomprensión de una pequeña parte del tendido que le recriminó intentar el descabello luego de un pinchazo. Su dignidad torera hizo que desistiera y cobrara una estocada en tablas de mérito evidente.

El mano a mano programado en las Corridas Generales tuvo un claro triunfador, y deja además para el recuerdo cinco tercios de quites, pues en cinco turnos ambos matadores rivalizaron lanceando en clara competencia.

Ayer en Vista Alegre se produjo la improbable conjunción de toros encastados con un torero pleno de ambición y entrega, y el resultado fue el milagro del toreo grande.

Reseña:

Plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao, martes 20 de agosto de 2024. Un cuarto de plaza ocupada en tarde gris y por momentos lluviosa.

Toros de Fuente Ymbro, de excelente presentación en capas negras y castañas. De juego diverso, como a continuación se detalla, con dos toros encastados de alto interés.

Primero: Castaño cinqueño de gran presencia, ovacionado de salida. Un puyazo y un picotazo. Flojo, parado y de poco celo. División de opiniones en el arrastre.

Segundo: Castaño de excelente presentación. Dos puyazos arrancando de largo. Fijo, noble y repetidor. Palmas.

Tercero: Negro cinqueño, vareado, muy bien armado, ovacionado de salida. Un puyazo y un picotazo saliendo suelto. Deslucido, incierto y sin entrega. Palmas.

Cuarto: Negro con trapío. Dos picotazos. Encastado y fiero. Ovación en el arrastre.

Quinto: Castaño de gran trapío, ovacionado de salida. Dos puyazos. Incierto, de viaje corto y cara alta, escarba y se ciñe. Pitos.

Sexto: Castaño cinqueño, con trapío. Dos puyazos empujando. Bravo. Ovación.

Daniel Luque, de nazareno y oro: Metisaca degollador perdiendo el pie (ovación y saludos). Pinchazo, amago de descabellar censurado por el público, estocada casi entera (silencio tras aviso). Pinchazo hondo y estocada tendida (silencio).

Borja Jiménez, nuevo en esta plaza, de gris perla y oro: Estocada a toro arrancado (oreja). Estocada (oreja y dos vueltas al ruedo). Metisaca y estocada (oreja).

Incidencias:

Tercer festejo de la Semana Grande bilbaína.

El festejo duró dos horas y media.

Borja Jiménez debutó en Vista Alegre y salió a hombros por la puerta grande.

Javier Bustamante

para Toro Cultura