El hábito del triunfo
Andrés Roca Rey volvió a triunfar ayer saliendo a hombros del coso de Cuatro Caminos. Acostumbrado a ganar la puerta grande allá donde holla el albero lo hizo con naturalidad, sonriendo con gesto sereno, como una estrella de la música cuyas canciones son universalmente conocidas. Su mérito es innegable. Cuelga el cartel de “no hay billetes” y nunca decepciona al público ansioso de vivir en el tendido la épica y larga batalla que emprende cada temporada. Es regular y responsable, se sabe la máxima figura y lo demuestra cada tarde. Lancea con variedad, ayer fueron verónicas, gaoneras, saltilleras, revoleras, chicuelinas y remates a una mano. Pasa con exposición, tanto de pie como arrodillado, sin evitar pases cambiados y arrucinas, casi siempre con trazo largo. Ajusta los embroques, evita la enmienda y aplica la firmeza en sus zapatillas. Estoquea con fe y contundencia, y ve flamear pañuelos al rodar el toro, ganado las orejas. Una gran figura del toreo que ha hecho del triunfo un hábito y una necesidad. Roca Rey es, hoy por hoy, el sustento económico de muchas ferias y un referente que va más allá de la lidia para muchos jóvenes que lo admiran. Larga vida al cóndor.

Cayetano tuvo ayer una actuación entonada, con pasajes bellos al natural y muletazos sobre la mano derecha sentado en el estribo que recordaron la estirpe a la que pertenece, si bien faltó ajuste en buena parte de las series. Su fallo con los estoques malogró algún trofeo que, en caso contrario, a buen seguro habría solicitado el tendido.

Juan Ortega es por derecho uno de los toreros de más refinada inspiración del escalafón. Verle mecer la verónica es un lujo, vivir sus inicios de trasteo doblándose por bajo una iluminación, sentir la caricia de su mano izquierda templando las embestidas un privilegio. El día que consiga una mayor regularidad será legendario. Ayer volvió a encender los corazones de los aficionados con destellos del arte puro que lleva en el alma, con suavidad, cadencia y sentimiento.
Reseña:
Plaza de toros de Cuatro Caminos de Santander, jueves 25 de julio de 2024, festividad de Santiago. Lleno de “no hay billetes” en tarde templada y nubosa.
Toros de El Puerto de San Lorenzo y La Ventan del Puerto (6º) de diversa presentación en capas negras. De comportamiento desigual, como a continuación se detalla, predominando la nobleza.
Primero: Negro, musculado, abanto de salida. Un puyazo duro empujando. Flojo, parado y de poco celo. Palmas en el arrastre.
Segundo: Negro, escurrido de carnes. Un puyazo rectificado. Pronto y repetidor, de embestida descompuesta. Silencio.
Tercero: Negro sin remate. Un puyazo trasero saliendo suelto. Pronto, repetidor con pies y carbón, acaba buscando los chiqueros. Silencio.
Cuarto: Negro, chico, sin remate. Un puyazo. Noble, pronto y repetidor con carbón. Palmas.
Quinto: Negro, sin remate. Un puyazo entrando por el pecho con derribo. Noble, flojo sin celo. Palmas en el arrastre.
Sexto: Negro, bien armado. Un puyazo trasero empujando. Largo, pronto, repetidor, con pies y carbón. Palmas.
Cayetano, de turquesa y azabache: Metisaca tendido y estocada tendida (silencio). Estocada y tres golpes de descabello (silencio tras aviso).
Juan Ortega, de verde y plata: Estocada delantera (vuelta al ruedo). Estocada trasera perpendicular (oreja).
Roca Rey, de tabaco y oro: Estocada (oreja). Estocada (oreja tras aviso).
Incidencias:
Sexto festejo de la Feria de Santiago en Santander.
La banda de música interpretó el himno nacional antes de romper el paseíllo.
Los focos del coso estuvieron encendidos durante todo el festejo.
El palco escuchó una fuerte bronca tras negar a Juan Ortega premio en su primer turno.
Andrés Roca Rey salió a hombros del coso.
El festejo duró dos horas y media.
Javier Bustamante
para Toro Cultura