Ginés Marín da fiesta a la encastada nobleza de uno de Zalduendo

Salió en sexto turno un toro negro de Zalduendo de buen tranco, alegre galope, celo en los señuelos, fijeza, repetición y empuje suficiente y Ginés Marín le dio fiesta grande. Comenzó la faena rodillas en tierra pasando por el pitón derecho, tal vez como homenaje al maestro Padilla a quien brindó su actuación, y ya estaba de nuevo de pie para ensayar el natural templado y rematar con un molinete la variada serie. Hubo ligazón y mando por ambos lados, verdad en el cite y majeza en los movimientos armónicos que componían una faena de alcance. En las postrimerías del trasteo citó de frente con la muleta a la espalda en ajustadas bernadinas, cambiando la flámula de lado hasta que el toro decidía cómo y por donde pasar, rozando en el cuarto embroque la taleguilla, quedando en posición comprometida que hubo de resolver con un molinete de recurso. Flotaba en la cálida atmósfera el aroma del toreo caro, la inspiración y el arrojo del joven torero, y la encastada nobleza del de Zalduendo cuando montó el estoque y entró a herir. Hubo de hacerlo por tres veces, pues el primer encuentro se saldó con un pinchazo, el segundo con un metisaca superficial y sólo en el tercer viaje acertó a dejar una estocada baja que fue suficiente para dar cuenta del toro noble protagonista de la fiesta. No hubo trofeos, mas dejó credenciales de artista de honda inspiración con un hermoso futuro que componer.

Juan José Padilla recibió después del paseíllo un caluroso homenaje de la afición riojana, y la casa Chopera le entregó una escultura conmemorativa de sus veinticuatro temporadas en el escalafón superior. Quiso responder a semejantes deferencias con arrojo y tesón, pues recibió a su primero con dos largas cambiadas en el tercio, lo banderilleó con decisión, lo pasó de muleta con su reconocida técnica lidiadora y circundó, como premio, el anillo jaleado por el público. En el cuarto se inhibió en el segundo tercio, mas desplegó en el de muerte una parte del repertorio que le ha granjeado un lugar destacado en el toreo contemporáneo, pasando al natural, moviendo pendularmente el señuelo, alternando desplantes con rodillazos, ajustando la bernadina, y matando con mucha verdad, ganando una oreja que paseó con orgullo entre banderas piratas.

Antonio Ferrera dejó para el quinto acto lo mejor de su toreo, si bien la debilidad del toro limitó el brillo de series templadas y desmayadas al natural de gran valor estético. Pinchó antes de cobrar la estocada y aún hubo de emplear dos golpes de descabello para acabar con el toro.

 

Reseña:

 

Plaza de toros de La Ribera de Logroño, 19 de septiembre de 2018, media plaza cubierta en tarde calurosa.

 

Toros de Zalduendo, bien presentados, en capas negras y castañas. Comportamiento diverso predominando la nobleza. Primero: Castaño enmorrillado. Dos puyazos, el primero en terrenos de chiqueros. Noble. Palmas en el arrastre. Segundo: Castaño enmorrillado. Dos puyazos, el primero muy duro, tirando cornadas en el peto. Noble y flojo. Silencio. Tercero: Negro. Dos puyazos, el primero sacando el caballo a los medios, el segundo sin celo. Flojo, escaso de celo y de viaje corto. Silencio. Cuarto: Negro. Dos puyazos empujando. Noble, de escaso celo y viaje corto. Palmas. Quinto: Negro, musculado y enmorrillado. Un puyazo suave y un picotazo. Flojo, noble y escaso de celo. Silencio al arrastre. Sexto: Negro. Un puyazo sin apretar y un picotazo. Encastado y noble. Ovación.

 

Juan José Padilla, de turquesa y oro: Estocada tendida caída y dos golpes de descabello (vuelta al ruedo). Estocada (oreja).

 

Antonio Ferrera, de grana y oro: Estocada trasera en la suerte de recibir, tal vez sin quererlo (ovación). Pinchazo, estocada y dos golpes de descabello (silencio tras aviso).

 

Ginés Marín, de gris y oro: Pinchazo hondo que traga el toro y se convierte en casi entera (silencio). Pinchazo, metisaca corto y estocada caída (ovación).

 

 

Incidencias:

 

Segunda corrida de la feria de San Mateo.

Juan José Padilla, que se despedía de Logroño, recibió una escultura conmemorativa de manos de la familia Chopera.

 

Javier Bustamante

para Toro Cultura

 

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