Orejas de diverso pelaje

La primera corrida de la Feria de San Mateo respondió a un cartel heterogéneo, con toreros de estilos distintos, que ofrecieron sobre el albero logroñés toreo de diferente catadura. El balance cuantitativo alcanzó una gran dimensión: seis orejas y una salida a hombros. Sin embargo las orejas que ayer entregó el alguacilillo eran de pelaje muy diverso.

Diego Urdiales, que fue invitado a saludar por el público tras el paseíllo, lanceó a la verónica con gusto, galleó por chicuelinas y preparó a su primer toro para una faena en la que hubo de corregir alguna brusquedad para armar buenas series por ambos pitones, con la naturalidad que acostumbra. En su segundo turno pechó con un esaborío brusco, escarbón, correoso, huidizo y poco codicioso, al que estuvo lidiando con paciencia franciscana en cinco series tan valerosas como deslucidas. En las postrimerías del trasteo el toro, que aún tenía mucho carbón, se instaló en las tablas cercanas a toriles, donde no tenía huida posible, y ahí surgieron dos tandas de naturales templados, de gran emoción y calado artístico. Hubo mando y hondura cuando ya nadie esperaba más que una estocada digna. Hubo paciencia cuando la tarde avanzaba acelerada. Hubo pundonor cuando cualquier otra figura habría abreviado tras mostrar la condición del toro. Hubo, una vez más, toreo caro cuando el mercado declina claramente a la baja. Ganó un trofeo en cada toro y genera altas expectativas para su próximo envite del martes en este mismo coso.

Cayetano conoce bien cuál es el camino del triunfo y es fiel a una estrategia que le está reportando una temporada larga y exitosa. Torea sentado en el estribo o de rodillas, conecta con el público que le admira, mata con gran decisión y ya están ganados los trofeos. Más allá de lo cual no se pueden pedir esencias, ni ajuste en las series, ni temple. Ayer le bastaron dos estocadas eficaces, con su peculiar estilo, y dos trasteos por momentos templados, por momentos no tanto, algo periféricos para ganar tres orejas. Eso incluye un quinto toro de proverbial nobleza al que pasó con gran facilidad, si bien faltó algo de hondura. Es un sello que lo identifica y agrada al público deseoso de verle triunfar. Ayer fue suficiente para salir a hombros por la hormigonada puerta grande del coso de la Ribera.

Ginés Marín bulló toda la tarde con evidentes ganas de triunfo alrededor de sus dos toros, que mostraron brusquedad y genio, el primero, y distracción y falta de celo el segundo. Hubo doblones por bajo de gran plasticidad, porfió derechazos y naturales, perdiendo pasos en algunos momentos, sufriendo un par de desarmes, casi siempre ayuno de ajuste. Ganó una oreja en el que hizo tercero, tal vez por las bernadinas postreras y por una estocada de mérito, y hubo de conformarse con un respetuoso silencio tras despachar al sexto con dos pinchazos y una estocada.

Seis trofeos en una tarde son muchos trofeos, si bien habrá de diferenciarse el peso de cada uno, y conceder que los méritos contraídos son distintos. Del bullicio a la naturalidad; del la tempestad al temple; del centrifuguismo a la hondura. No es lo mismo aunque en el mercado del triunfalismo cotice lo mismo.

Reseña:

Plaza de toros de La Ribera de Logroño, 21 de septiembre de 2019, más de la mitad del aforo cubierto en tarde cálida y soleada.

Toros de Garcigrande (1º, 2º y 4º) y Domingo Hernández bien presentados, en capas negras y castañas, de poca casta y noble comportamiento. Primero: Negro mulato. Dos puyazos derribando en ambos. Noble, humillador y repetidor. Ovación en el arrastre. Segundo: Castaño. Un puyazo y un picotazo. Noble, fijo y repetidor. Palmas. Tercero: Negro. Un puyazo y un picotazo. Fuerte, brusco y geniudo. Palmas. Cuarto: Castaño. Un puyazo. Brusco, escarbón, rajado y correoso. Palmas. Quinto: Negro. Dos puyazos duros, el primero en terrenos de toriles. Dulce y de proverbial nobleza. Ovación. Sexto: Negro. Dos puyazos duros, el primero en terrenos de toriles. Brusco, incierto y distraído. Silencio.

Diego Urdiales, de gris plomo y oro: Estocada desprendida y descabello (oreja tras aviso). Estocada (oreja).

Cayetano, de azul turquesa y oro: Estocada trasera (oreja). Estocada (dos orejas).

Ginés Marín, de caldero y plata con cabos blancos: Estocada (oreja). Dos pinchazos y estocada (silencio).

Incidencias:

Primera corrida de la feria de San Mateo.

El público obligó a saludar a Diego Urdiales tras el paseíllo.

Durante la lidia del primer toro el caballo de picar fue derribado y fueron necesarios varios minutos para volver a ponerlo en pie.

Cayetano salió a hombros.

Javier Bustamante

para Toro Cultura

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