Puerta grande menor para Paco Ureña

Paco Ureña salió ayer a hombros por la puerta grande del coso de la Ribera, mas fue un triunfo menor, en una versión reducida de su tauromaquia, sin siquiera acercarse a las altas cotas que ha marcado esta temporada en plazas capitales, como Madrid o Bilbao.

Tuvo delante a un toro de Domingo Hernández corrido en sexto lugar como sobrero que mostró más bravura que los seis de Núñez del Cuvillo que salieron antes, noble, repetidor, humillado y pronto, si bien la vuelta al ruedo que otorgó el palco puede también resultar excesiva para sus méritos, pues siendo bravo tampoco fue paradigma de la casta.

La faena, comenzada junto a las tablas por bellos pases por alto con la mano izquierda, tuvo un ritmo excesivo, por momentos precipitación, y pese a que hubo ligazón, faltó quietud y en algunos momentos sobraron pasos. No fue un nuevo ejercicio de misticismo al que este torero nos tiene acostumbrados, fue un obra terrenal, bella pero sin aura, rubricada con pases por bajo pintureros, y finalizada con una incontestable estocada.

En sus dos turnos anteriores se midió a toros flojos y descastados, especialmente el que hizo segundo, y les aplicó un toreo de buen trazo, gustándose en algunas series, encajado por momentos, si bien faltó la emoción que debe proponer la casta brava, ayer ausente del hierro de El Grullo.

El mano a mano en el que quedó el cartel por la baja de José María Manzanares, lo completó Antonio Ferrera, que ante la escasez de toro optó por trasteos breves, buscando las vueltas e intentando valerse de la poca inercia que generaba el paso cansino de una corrida sin carbón. Faltó el toreo de fantasía, seña de identidad de su marca, y sólo pudo verse un conglomerado de pases o medios pases, sin el estilo que le ha dado notoriedad y triunfo. Mató mal, saliéndose de la suerte y dejando dos bajonazos y media estocada que evidenciaron su falta de inspiración. Escuchó una bronca leve cuando abandonaba el ruedo con gesto de contrariedad, tal vez pensando en la conveniencia de lidiar este tipo de corridas.

El público, que protestó la invalidez de los toros titulares por momentos con vehemencia, obsequió a Paco Ureña con vítores y reconocimientos, mas la tarde, en su amplia extensión, fue una tarde de reses descastadas, lidias insulsas, escasa inspiración y muy poca pasión.

Afortunadamente el toro sobrero de Domingo Hernández desarrolló nobleza y bravura para propiciar un éxito, quizá injustificado, que engrosa la nómina de toreros triunfadores en Logroño, pues ya son cuatro los que han salido a hombros en las tres primeras corridas.

Reseña:

Plaza de toros de La Ribera de Logroño, 23 de septiembre de 2019, casi la mitad del aforo cubierto en tarde cálida y soleada.

Toros de Núñez del Cuvillo, cinqueños salvo el tercero, bien presentados, en capas negras y coloradas, flojos y de descastados. Un sobrero de Domingo Hernández jugado en sexto lugar bien presentado y bravo. Primero: Castaño. Dos puyazos, el primero rectificando uno bajo. Flojo y descastado. Silencio en el arrastre. Segundo: Negro. Un puyazo y un picotazo. Flojo y descastado. Silencio. Tercero: Burraco. Un puyazo empujando y un picotazo cayendo. Muy protestado, flojo y descastado. Pitos. Cuarto: Colorado bragado. Un puyazo empujando y un picotazo. Noble. Palmas. Quinto: Negro, bien armado. Un puyazo y un picotazo. Flojo y noble. Pitos. Sexto: Colorado, bien armado. Devuelto al corral por flojo. Sexto bis: Negro. Dos puyazos empujando, el primero duro. Bravo. Vuelta al ruedo

Antonio Ferrera, de azul pavo y oro: Bajonazo (silencio). Dos pinchazos y bajonazo (silencio). Pinchazo y media estocada (algunos pitos).

Paco Ureña, de rosa y oro: Pinchazo y estocada desprendida (silencio). Estocada y dos golpes de descabello (ovación y saludos). Estocada (dos orejas).

Incidencias:

Tercera corrida de la feria de San Mateo.

Paco Ureña sustituía a Roca Rey.

La baja de Manzanares no fue cubierta, de modo que la corrida quedó en mano a mano.

Actuó como sobresaliente Miguel Ángel Sánchez, sin llegar a intervenir en la lidia.

Paco Ureña salió a hombros.

Javier Bustamante

para Toro Cultura

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