Bilbao, capital taurina

Días de corrida:

Segunda quincena de Agosto (Corridas Generales de la Semana Grande)

15 de junio (Corrida del aniversario que no siempre se celebra)

Mayo (Novilladas programadas algunos años)

Puntos de referencia:

Museo Taurino de Bilbao.

Club Cocherito de Bilbao.

Hotel Ercilla.

Taberna taurina en la calle Ledesma.

Momentos para la visita:

Preferiblemente en la Semana Grande, si bien puede disfrutarse de un fin de semana taurino fuera de temporada visitando clubs, museos y tabernas.

La arena cenicienta, densa, más parecida al asfalto que al albero, los tableros impolutos rojo sangre, los tendidos y galerías altas, verticales, enmarcan los lances de la lidia, dándoles fe de origen y valor. La brisa húmeda hace flamear las bandelolas rojiblancas de las galerías, y los oscuros nubarrones avanzan entre relámpagos, anunciando la lluvia que llegará embravecida. Este es el marco incomparable, rebosante de carácter y personalidad, en el que los toreros valientes escriben cada año, a finales de agosto, páginas hermosas de tauromaquia, frente a la cabeza de camada de las ganaderías más prestigiosas.

Bilbao ha entrado en el siglo XXI rompiendo con los tópicos que la definen como “villa fabril”, “industriosa capital” o “población de abolengo y tradición”

La realidad actual es la de una ciudad innovadora, en mutación permanente, cosmopolita, abierta, buscadora de oportunidades y plural.

Su estructura económica y social significa mestizaje y evolución, más allá de lo que el tiempo presente dicta, para encarar con garantías los retos que el momento plantea a las ciudades de mediano tamaño.

Producto de esta heterogeneidad conviven con el presente más dinámico algunas tradiciones centenarias, orgullo de parte de los ciudadanos, que han sabido arraigar y entreverarse en las señas de identidad del Bilbao eterno.

En este capítulo tiene un especial protagonismo la tauromaquia, capaz de conservar sus señas de identidad, su trazo firme, su seriedad y su carácter inconfundible.

El toro de Bilbao existe, corpudo, bamboleante badana, culata musculada, morrillo prominente, impresionante arboladura y  pitones diamantinos.

La afición oficial tiene plaza fija en Bilbao durante las Corridas Generales. Monta cuartel en el hotel Ercilla, cercano a la plaza de Vista Alegre, donde dispone de todo lo necesario para vivir una semana llena de emociones: apartados retransmitidos por circuito cerrado, matadores, ganaderos y taurinos hospedados en la misma planta, tertulias previas y posteriores a la corrida así como una amplia oferta gastronómica, que puede prolongarse en animadas sobremesas hasta que el debate del día quede definitivamente resuelto.

Hay exposiciones de pintura y escultura taurina en varios hoteles, como el propio Ercilla o el Carlton, tomado también por la afición cocherista, terrazas bulliciosas, guirnaldas y farolillos, vendedores ambulantes de avíos de torear, tabernas engalanadas con carteles e iconos del toreo. Hay Bilbao y hay toros.

Durante el resto del año el pulso de la tauromaquia decae sin llegar al estado de hibernación, ya que la tradición ha ordenado a dos colosos como custodios del arca, y la sincronía de Bilbao con la vanguardia no es óbice para que albergue entre sus calles dos auténticas instituciones de alto abolengo que justifican una visita a la villa: El Museo Taurino de Bilbao y El Club Cocherito.

Hay en las galerías bajo tendido del Museo Taurino de Bilbao un toro sardo de Miura de impresionante arboladura disecado, que según contaba su anterior conserje, toma vida por la noche y defiende el tesoro que albergan sus vitrinas.

Tal vez sea esa la única razón por la que aún no se ha producido un espolio y permanecen intactos grabados de Goya, capotes de paseo de Costillares, estoques de Cocherito, atuendos del varilarguero Egaña, vestidos de Ordóñez y ediciones príncipe de añejas tauromaquias.

Ciento cuatro son los años que va a cumplir el club Cocherito de Bilbao, años de actividad intensa en pos de la fiesta y fuerza viva de Bilbao durante mucho tiempo.

Su presidente, Enrique Villegas,  nos recibe en su sede de la calle Nueva y nos explica la historia, el presente y el futuro inmediato de esta institución, que entiende la apertura al mundo y la solidaridad las causas nobles como el fundamento de su acción social.

No en vano fue declarado en 2012 por el Gobierno Vasco como “Asociación de Utilidad Pública”, distintivo reservado a asociaciones dedicadas “a la consecución del interés general o del bien común realizando de manera significativa los valores de generosidad, altruismo, solidaridad y pluralismo’.

Están todos invitados por el propio presidente.

La Taberna de la calle Ledesma es un museo en miniatura en el que degustar un Txakolí con un pincho de tortilla de patatas, como no hay otra igual en Bilbao, al tiempo que se vive la tauromaquia añeja, con cabezas de toro, cartas de El Espartero, fechadas en 1894, reconociendo la primacía de Guerrita, carteles originales de principios del siglo XX, estoques, fotos en sepia de hazañas de varilargueros y esculturas en bronce de toros recrecidos.

Son pequeños retazos del Bilbao taurino que pervive en su esencia de galanura y verdad.