Cordobés se despide de Burgos toreando

Tras veintisiete paseíllos y catorce salidas a hombros, Manuel Díaz se despidió ayer de la ciudad que lo adoptó, hace más de treinta años, y lo hizo además toreando. Fue ante el cuarto toro, con quietud, temple, ligazón y sentido de la distancia. Se puso con las zapatillas asentadas en la rubia arena y pasó con ritmo cadencioso a un bravo toro de Sorando, con la muleta planchada en series largas y ajustadas. El público, tal vez sorprendido por lo que veía, seguía atacando complacido viandas y bebidas diversas, hasta que el torero interpretó el pase que heredó de su padre y le ha hecho tan popular: el salto de la rana. Y entonces llegó el delirio, manos aplaudiendo, gargantas gritando ole, y pasión prendida en la cargada atmósfera del Coliseum. Hasta un cabezazo le dio al toro en la penca del rabo tras un pase en redondo como marchamo de autenticidad de la obra que estaba a punto de culminar. Dejó una estocada al primer intento y la afición burgalesa, que le ha hecho ya dos veces pregonero de sus fiestas, le premió con dos trofeos propiciando una vuelta al ruedo clamorosa, como merece siempre un ídolo local.

Fandi es Fandi, severa tautología que se expresa cada tarde que se viste de luces y encandila al público de ferias. Largas cambiadas de rodillas, lopecinas, chicuelinas, galleos, verónicas de rodillas y de pie, revoleras, pares al cuarteo, del violín, de la moviola, carreras diversas, adornos con sombreros, redondos de rodillas, naturales, martinetes, molinetes, tránsitos de pitón a pitón por detrás del toro, desplantes y estocadas eficaces fueron bagaje más que suficiente para que se anotara el pleno de orejas y continúe engordando una estadística apabullante. Tal vez no exista en la actualidad un toreo más regular que conecte con el público de forma más directa.

Cayetano compareció poco en su primer turno ante un toro noble al que nada exigió, y menos aún en su segundo ante un manso declarado picado con dureza por ambos montados que, éste sí, era sólo de faena de aliño.

La afición burgalesa, que ha disfrutado en 2023 de un ciclo de grandes éxitos, está ya pensando en el siguiente, y esté quien esté en el cartel, extrañará el nombre del campeón absoluto del coso de El Plantío, porque ayer se despidió, y lo hizo además toreando.

Reseña:

Coliseum de Burgos. Jueves de junio de 2023. Lleno en tarde soleada.

Seis toros de Román Sorando, desiguales de presentación y juego diverso.

Primero: Colorado, chico, con poca cara. Un puyazo duro. Noble, repetidor, embiste con fijeza y humillación. Palmas en el arrastre.

Segundo: Negro mulato, de escaso trapío. Un puyazo muy trasero. Blando y noble. Palmas.

Tercero: Negro mulato, chico y con poca cara. Un puyazo largo. Noble, poco exigido. Silencio en el arrastre.

Cuarto: Colorado de buena presentación. Dos puyazos duros caídos y traseros en un solo encuentro con el piquero. Bravo. Ovación.

Quinto: Colorado de escaso trapío. Un puyazo duro empujando. Alegre, noble y con carbón. Palmas.

Sexto: Colorado con trapío. Un puyazo duro trasero y dos más en franca huida por el piquero que hace puerta. Duro y manso. Pitos.

Cordobés, de tabaco y oro: Dos pinchazos, estocada muy trasera y cuatro golpes de descabello (silencio tras aviso). Pinchazo y estocada (dos orejas).

Fandi, de primera comunión y oro con cabos negros: Estocada a degüello (dos orejas). Estocada (dos orejas).

Cayetano, de buganvilla y oro: Pinchazo, media estocada tendida y dos golpes de  descabello (silencio). Estocada habilidosa (silencio).

Incidencias:

El público cantó el himno a Burgos antes del paseíllo.

Cordobés fue homenajeado por las peñas entre el tercer y cuarto toro con una tarta de cumpleaños.

Cordobés y Fandi salieron a hombros de la plaza

Javier Bustamante

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *