José María Garzón: «Prefiero morir con dignidad que vivir sin ella»

José María Garzón es un hombre de profundas convicciones. Conocedor de todos los registros de la Fiesta, pues ha sido ganadero, aficionado práctico, apoderado, y en la actualidad es uno de los empresarios de mayor éxito del universo taurino. Las claves que han facilitado su progresión empresarial se encuentran en los valores que hizo suyos desde niño, y van desgranándose a lo largo de esta conversación. Pasión, humildad, respeto, perseverancia, dedicación, compromiso, libertad y, por supuesto, dignidad, el valor supremo del ser humano. Nos ha citado junto al puerto deportivo de Santander, plaza cuya Feria de Santiago está gestionando, en una tarde cálida y luminosa de verano que invita a la reflexión y a la conversación sosegada. Su discurso es claro y firme, sin perder en ningún momento la elegancia, pues en su código de comportamiento está grabada a fuego la palabra respeto.

Señor Garzón, la gestión de espectáculos taurinos es una actividad muy especial, con muchos matices que la hacen distinta ¿Qué diferencias existen entre la gestión de una empresa taurina y otra convencional?

No se lo que hacen los demás. Creo en mi caso lo que diferencia es la pasión. Cuando quieres mucho una cosa estás todo el día dándole vueltas. No digo que los otros no quieran lo que hacen, pero ésto es muy vocacional. Cualquiera que me conozca sabe lo que yo siento por el toreo, y eso no creo que lo sienta ningún otro.

La pasión, ese gran valor. ¿Cree que deberíamos exportar los valores del toreo al resto de la sociedad?

Los valores que tiene el toreo los tienen muy pocos sectores. Un chaval que está en una escuela taurina se sacrifica con humildad, con respeto y se  esfuerza al máximo. Son valores que no están en esta sociedad. Pero no sólo en España, sino en todo el mundo. Los que mueven los cables no quieren una sociedad con valores, porque sería ingobernable. No voy a criticar a los políticos porque son un reflejo de la sociedad. Una sociedad con valores es una sociedad indomable. Vivo en un piso alquilado, pero soy dueño de mi destino. El que me conoce sabe que conmigo no van a poder. Con José María Garzón no van a poder. No voy a tragar lo que yo crea que no se debe tragar porque soy una persona con una tradición católica importante, creyente, practicante, y me honro de serlo. Soy cristiano, me quedarán veinte, treinta años de vida, una hora, lo que Dios quiera. Estoy de paso y lo mío es prepararme para la otra vida. Lo material no me llama mucho la atención. He crecido en mis circunstancias, con la muerte de mis padres cuando yo tenía catorce años. No me gustan los honores, ni me gusta lo material. Me gusta vivir bien, claro, me gusta comerme una marmita aquí en Santander, pero no me llama en ansia en tener. Estamos de paso, no sabemos lo que nos queda, pero cada día nos queda menos. Me he marcado un camino muy independiente, estoy orgulloso de él, y voy a morir con dignidad, si Dios quiere. Prefiero vivir con dignidad que vivir si ella.

Menciona libertad y dignidad. Dos conceptos para mí deslumbrantes, pero que tienen un precio muy alto.

Ambas van muy unidas y son maravillosas. Todos nacemos con libertad y con dignidad, y después podemos perderlas. Todos nacemos con valores básicos, tanto si uno es chino, canadiense o español, y hay que trabajar para mantenerlos. Hay que ser valiente. Dicen que el cementerio está lleno de valientes. Sí, pero el infierno está lleno de cobardes. Vamos a ser libres y valientes, vamos a tener un camino recto en la vida, y ya está.

Qué es lo más difícil para un empresario, lo más duro, lo más ingrato.

Ingrato nada porque el toreo me apasiona. Si a mí me dicen hace diez años que iba a estar donde estoy, que iba a contratar a José Tomás, que iba a firmar un contrato con RTVE, que iba a ser el único empresario que gestiona dos plazas de primera en solitario, que en pandemia iba a ser el único empresario del mundo en abrir una plaza de primera, no me lo creería, sinceramente. Estoy súper agradecido al toreo que me ha dado felicidad y la posibilidad de trabajar en lo que más me gusta.

Sin embargo habrá una parte del trabajo especialmente difícil.

Ésto tiene mucho trabajo. Hacer los carteles cuesta mucho trabajo. Sacar la Feria requiere mucho esfuerzo porque los toreros, como grandes artistas que son, ponen condiciones y cuesta satisfacerlas. Pero bueno, con dedicación todo sale. Después está la promoción, coger el pulso a las ciudades, llegar al tejido social y empresarial. Eso lleva muchas horas. Pero me encanta.

¿Cuál cree que es la clave de tu éxito?

Pienso mucho, doy muchas vueltas a las cosas, duermo poco. Se habla de empresario de moda, pero la base está en pensar, en trabajar. Esta semana he estado en Turín, en Almería, en Málaga, en Bilbao, en Santander. A las cinco de la mañana tengo la luz encendida. Cuando te gusta mucho una cosa es más fácil pensar en ella.

¿Puede decirse que le ha tocado la fortuna con la yema de los dedos?

La suerte se reparte a las cinco de la mañana. A las dos de la mañana en un pub tomando copas no se reparte nada. Puede llegar el tío del décimo y que te toque, pero cada vez aparece menos.

¿Cómo vislumbra el futuro del toreo?

Soy una persona optimista. He vivido en Madrid, en Sevilla, en Córdoba, y he visto muchas cosas. Rafael el Gallo decía que se acababan. Otros dicen que cada vez va menos gente a la plaza, pero te puedo enseñar fotos de La Maestranza con media plaza toreando Joselito. El toreo no se va. El toreo va a continuar por su autenticidad, porque tiene esa fuerza única. Si perdiera esa fuerza se convertiría en un espectáculo más. Eso no va a ocurrir. Sobre la mesa tenemos el libro sobre Iván Fandiño y sus valores que me acabas de regalar. No hay otro espectáculo en el que un artista entregue su vida en directo delante de miles de personas. Cuando hay tanta verdad es imposible que desaparezca.

Sin embargo la política y los movimientos sociales dominantes son contrarios a la Fiesta. ¿Tendrán fuerza para acabar con nosotros?

Hoy por hoy no. Pero podrían acabar en el futuro con el actual modelo de sociedad, y si lo hicieran acabarían con muchas cosas. Poner la vida animal al mismo nivel que la humana es anti natura. No es igual tener un hijo que un perrito. Esto es gravísimo para la sociedad. Se está desnaturalizando la pareja, se está permitiendo matar a niños que aún no han nacido, han entrado en las instituciones y en el gobierno partidos que apoyan o han apoyado la violencia. Todo esto no es normal. No es normal que se desprecie a los mayores, que haya diez suicidios al día sólo en España, que un padre abuse de un hijo. Todas esas anormalidades pueden romper una sociedad, y si así fuera va a llevarse por delante muchas cosas, entre ellas el toreo. Ojalá se acabara el toreo y la sociedad se salvara. El mundo está sin valores. Funciona el “todo vale”. La ley del mínimo esfuerzo, el alcohol, el adulterio, el suicidio. Hay una falta de valores tremenda. A un tío que se pone delante del toro, con un muslo atravesado sangrando, no se le ve como un héroe. A otro que recibe una patadita, da tres vueltas, le echan un spray y vuelve a correr como un loco sí se considera héroe. Algo importante se está perdiendo.

Roca Rey triunfo en Bilbao

Parece que se busca una negación de lo que históricamente ha hecho grande a esta sociedad.

Si decimos que Cristóbal Colón no fue importante entonces somos tontos. Un tío que se sube a un barquito sin nada, sin GPS, sin móvil, y se cruza un océano, ese es un héroe. Parece que en España se va a estudiar sólo la historia de los últimos dos siglos. ¿Y qué hay de Carlos V, en cuyo imperio no se ponía el sol? ¿Y de los Reyes Católicos? ¿Somos tontos? Si la decadencia de España es justo los últimos doscientos años. Yo hablo muy claro, es lo que pienso, pero igual estoy equivocado.

¿Hacemos suficiente esfuerzo por exportar esos valores a la sociedad, o por el contrario estamos acomplejados y tapados?

Falta unión y organización. El problema principal es el tiempo que se ha perdido. La pedagogía, la docencia. Tu no puedes tener dos generaciones abandonadas, y se han abandonado aunque era un negocio muy rentable, había recursos para invertir. No se ha difundido esa cultura tan valiosa.

La tensión de los patios de cuadrillas es brutal porque está presente la idea de la muerte. Éxito o fracaso, gloria o tragedia. ¿Cree que son sentimientos tan intensos que asustan a las personas?

Es un problema de la sociedad, que no quiere oír hablar de la muerte. Todos nos vamos a morir, es la única verdad absoluta. Se huye del conocimiento de la muerte por cobardía. No quieres pensar, quieres vivir día a día, minuto a minuto. Si sabes que vas a morir pasado mañana, posiblemente te plantees si hay algo más allá. Pero no quieren pensar en eso.

Señor Garzón, el mundo de la empresa es complicado, y el de la empresa taurina especialmente. La negociación está sometida a muchos factores, existe una cierta picaresca, la costumbre tiene mucha fuerza. ¿Qué códigos de funcionamiento tiene usted?

Yo creo que hay que ser generoso, y más con lo que actualmente demanda la Fiesta. No sólo el empresario, también los demás protagonistas, incluido el aficionado. Decir lo que hay que hacer es muy fácil, lo difícil es hacerlo. Aquí cada uno tiene sus gustos. Novillada o no, éste o aquél encaste, un torero u otro. Ésto es muy difícil y muy caro. El transporte se ha encarecido un 40%, y yo he bajado los precios este año. No sé porque no nos manifestamos. Si los sindicatos no estuvieran controlados sería muy diferente.

Una de las señas de identidad de Lances de Futuro, su empresa, es la innovación ¿Cómo es posible innovar en un mundo tan tradicional como es el toreo?

Las tradiciones pueden innovarse y renovarse, pero sin tocar lo básico. En otros campos muy tradicionales como el teatro, la pintura o la música se ha innovado. El toreo tiene mucha riqueza cultural y artística, pero se puede hacer cosas sin tocar lo esencial de la liturgia. Yo no he innovado la corrida de toros, pero sí todo lo que la rodea. Hemos organizado Toro Chef, jornadas taurinas, concursos de escaparates, maratones taurinas, torneos de paddle, tenis, la hemos acercado a la universidad, y hemos propiciado que en los colegios se juegue al toro. He intentado que durante la corrida se aceleren los tiempos muertos. Hemos conseguido que los porteros y acomodadores vayan más modernos, mejor uniformados, mejorado los accesos, y ofrecido los carteles con un diseño más moderno.

¿Tienen un método concreto para generar ideas innovadoras?

Es complejo, existen muchos métodos, pero habrá que demostrar que funcionan. Aquí hay que pensar, pensar y pensar.

Usted apuesta por mantener la actividad taurina todo el año como forma de fomentar la afición. ¿Cómo lo organiza?

Es necesario realizar actividades de forma continua. Hay que estar allí, conocer a la gente y saber qué puede interesar. Presentamos libros, organizamos charlas, exposiciones, pero no sólo es eso. Hay que estar con la gente, hablar y descubrir qué es lo que quieren. Hay que pensar en los niños, en los universitarios, en los mayores. Hay actividades de gastronomía, pintura, fotografía, trajes de torear. Ahora, por ejemplo, estoy patrocinando un campeonato de golf en Santander para darle visibilidad a la Feria.

¿Cree que las peñas deben colaborar? ¿Hay que ayudarles?

Sí, seguro que sí. Hay peñas muy diferentes, con más y menos socios. Todas hacen alguna actividad, pero eso cuesta dinero. Invitar a un torero está bien, pero también los toreros están ocupados y no pueden atender todas las peticiones. Hay que darles cariño y ayudarles a trabajar. En Santander en concreto he tenido este año tres encuentros con las peñas, el último hace unos día con Ginés Marín. La base es darles cariño, vida, sitio.

No olvides que en esto del toreo son tres patas, el toro, el torero y el público, que son los tres protagonistas.

Se habla mucho del modelo de gestión francés, ¿qué opinión le merece?

En España no puede darse porque aquí está todo legislado y en Francia no. Tú en Francia bajas ocho toros y la comisión de aficionados los ve aptos y se lidian. No como en España. Aquí está todo encorsetado, tenemos delegado, tenemos autoridad. No podemos implantar el modelo francés ni el americano. Con los actuales reglamentos no podemos hacer grandes cambios.

Parece que una de las claves es otorgar mayor protagonismo a los aficionados. ¿Tiene presentes las opiniones de las peñas para elaborar los carteles?

Sí, claro que sí. La afición es un protagonista activo que decide si se da o no trofeo. Yo hablo con ellos y su opinión cuenta mucho. Pero si preguntamos a dos mil amigos tuyos y a dos mil amigos míos sobre los carteles es probable que no haya ninguna coincidencia. Ninguna. Con eso te digo todo.

Al menos que tengan la sensación de influir.

No sólo eso. Hay que darles realmente su sitio. Cuando el asunto sale mal se equivoca el empresario, pero contando con el aficionado. Cada uno pide una cosa. El empresario tiene que pensar qué es lo mejor para el espectáculo, y siempre pensando en la mayoría. Yo no los hago los carteles para mí, los hago para el público.

En mejor indicador de éxito es el número de personas que pasan por taquilla.

Ese es el indicador que tengo yo. Cuando pasa la feria sabemos si hemos acertado o no con el público. Luego los toros pueden embestir más o menos, pero eso no depende de la empresa. Si hemos vendido más abonos hemos acertado. Ese es el baremo, la gran reválida.

Sorprende cuando se escucha que en una plaza importante con lleno aparente, el empresario pierde dinero. ¿Cómo se entiende?

Ha hecho mal los números, pero en cualquier caso los gastos son muy altos. Te juegas un montante importante y creo que lo beneficios deberían ser mayores que los que están siendo.

¿Le parece que los honorarios de los toreros deberían ser flexibles?

Lo normal sería un fijo y un variable por venta de entradas.

¿Lo asumen los toreros?

Hay de todo. Lo lógico es que cobren según generen. Pero éste es un mundo muy especial. Nadie te obliga a contratar a un determinado torero. Nadie pone una pistola en la cabeza a nadie. Creo que por el bien de la fiesta las negociaciones deberían ser más flexibles.

Gracias, señor Garzón, por su claridad y amabilidad. ¿Quiere añadir alguna idea más?

Creo que hemos hablado de todo lo importante. Sólo agradeceros la celebración de esta entrevista y saludar a vuestros seguidores.

Seguiremos viviendo la Fiesta con pasión, aunque será difícil acercarnos a la que usted siente. Gracias de nuevo y mucho éxito.

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