Triunfo épico de Roca Rey

Andrés Roca Rey se erigió ayer en Bilbao en héroe del toreo tras una actuación épica, con dos espeluznantes cogidas, y un pundonor torero que pone por encima, incluso, de su apego a la vida.

Había iniciado su trasteo a su primero con tres estatuarios, un pase cambiado por la espalda y dos naturales mirando al tendido y ya se sentía que la tarde iba a ser de triunfo. Continuó después firme sobre ambas manos ligando sin enmendarse en un palmo de terreno y cuando la faena ya estaba sólo falta de remate se echó la muleta a la espalda e instrumentó una serie de bernadinas. En ese momento una voz surgió del tendido y dijo “Hay que torear”, y en toro hizo por él, arrollándolo, zarandeándolo, derribándolo y buscándolo con saña sobre el albero.

Cuando pudo incorporarse de nuevo, algo conmocionado, fue atendido por sus compañeros, le quitaron la chaquetilla y el chaleco, y volvió a la cara del toro para rematar la serie que había sido interrumpida por la cogida. Mató delantero y el clamor del público se fundió con la atmósfera densa y húmeda de la tarde, pidiendo y consiguiendo la oreja para el torero. Tras una vuelta al ruedo triunfal pasó a la enfermería para ser atendido de múltiples contusiones.

Hubo suspense pues tras ser arrastrado el quinto, sin Roca Rey en el callejón, circuló el rumor de que no saldría a lidiar al cierraplaza. Los areneros se esmeraban en arreglar el ruedo y en dejar pasar los minutos, que fueron casi diez, de impás, hasta que se abrió la puerta de la enfermería y asomó el perfil poderoso del héroe entre la aclamaciones del público. Decidió iniciar la faena de rodillas en el platillo con un pase cambiado por la espalda que se saldó con un desarme y el acosón del toro que veía clara la presa, pues estaba mermada tras la paliza  recibida. Pudo ganar el burladero y continuar pasando con tanto o más valor que antes por ambos pitones, y al rematar una serie fue de nuevo derribado por el toro quien hizo por él en otro instante de angustia. Sólo faltaba el colofón para rubricar una tarde histórica y el torero poderoso se perfiló colocando la mano que mata a la altura de los ojos y tirarse hacia el toro en toda su rectitud, siendo encunado y después repelido por el cabezazo del de Victoriano del Río. La locura se adueñó de Vista Alegre, los pañuelos flameaban fulgurantes, los vítores retumbaban en la andanada y el presidente Matías tardó un suspiro en asomar por la balconada dos señuelos blancos que franqueaban la puerta grande a un torero que había apasionado al público como pocas veces se ha visto en Bilbao.

Los tendidos de Vista Alegre, casi llenos ayer, reivindicaron sin palabras los valores de este torero épico, que son la valentía, el compromiso, la estética y la ambición. Roca Rey puede convertirse, si los conserva intactos, en un torero de época. 

Reseña:

Plaza de toros de Vista Alegre en Bilbao. Jueves 25 de agosto. Casi lleno en tarde tormentosa.

Seis toros de Victoriano del Río, de buena presentación y juego diverso, predominando la casta. 

Primero: Castaño de bella estampa. Un puyazo y un picotazo. Flojo y parado. División de opiniones en el arrastre.

Segundo: Negro. Dos picotazos. Pronto, de embestida larga y humillada. Ovación.

Tercero: Negro, cinqueño. Devuelto por cojo.

Tercero bis: Negro listón, muy serio. Dos puyazos y un picotazo. Fijo y pronto, algo violento por el pitón izquierdo, corta pronto el viaje. Palmas en el arrastre.

Cuarto: Negro. Dos puyazos saliendo suelto. Manso, algo violento, con carbón. Ovación.

Quinto: Castaño, al borde de los seis años, ovacionado de salida. Dos puyazos arrancándose con alegría. Pronto de viaje corto. Palmas en el arrastre. 

Sexto: Negro de bella lámina, ovacionado de salida. Dos puyazos arrancándose de lejos. Pronto, repetidos y humillado. Ovación.

El Juli, de berenjena y oro: Media estocada caída (ovación y saludos tras aviso). Pinchazo, pinchazo hondo y tres golpes de descabello (gran ovación y saludos).

José María Manzanares, de corinto y oro: Pinchazo y estocada (ovación y saludos tras aviso). Estocada tendida (ovación y saludos tras aviso).

Roca Rey, de azul Bilbao y oro: Estocada delantera (oreja). Gran estocada a toma y daca encunándose (Dos orejas).

Incidencias: 

Sexta corrida de la Semana Grande de Bilbao.

Viruta  y Antonio Chacón saludaron tras parear al tercero y al sexto respectivamente.

Roca Rey fue atendido en la enfermería de múltiples contusiones tras su intervención en el tercero, y al finalizar el festejo rehusó la salida a hombros para volver a ponerse en manos de los médicos.

La banda de música municipal de Bilbao interpretó pasodobles con su habitual brillantez.

Javier Bustamante 

para Toro Cultura