Conmovedora entrega de toreo seco
Venían a matar la de Miura en Bilbao con poco bagaje, los tres legos en la mítica divisa, y dieron una tarde de conmovedora entrega, y por momentos buen toreo. Matar la de Miura en Bilbao fue siempre un grave compromiso, pues salían de chiqueros impetuosos, derribaban a los montados y desarrollaban en los demás tercios una casta fiera que por momentos parecía felina.
Para esta última entrega viajó desde Lora del Río un encierro de impresionante trapío, ovacionado de salida que, salvo el jugado en último turno, resultó áspero y descastado. Con semejante género hubieron de pechar, mas no pareció importarles, tal vez lo sospechaban desde el momento en que cerraron el contrato, pues se pusieron a lidiar, cada uno en su estilo, y dieron una tarde de toreo seco.
Saúl Jiménez Fortes emplea su valor irrefutable para engendrar arte. Se pone firme, hierático, con los talones hundidos en la arena, y pasa a los toros sin reparar en capas ni divisas. Esta tarde ha lidiado con dos hercúleos toros mansos y descastados, los ha conducido con mano de seda, citando con suave toque y embarcando sus tímidas embestidas con largura y regusto torero. Ha entregado su cuerpo a la obra artística que proyecta, y no ha demudado el rostro, allá le prendan los toros o le arrollen. Su discurso ha sido cierto desde que se abrió de capa tras el paseíllo hasta que descabelló el cuarto, sin alharacas ni metáforas, palabra cabal y verbo en gerundio.
Juan Leal se hizo presente en el patio de cuadrillas vistiendo un terno impoluto celeste y oro, cabello rubio sedoso, rostro luminoso y mirada de niño travieso, y sin embargo ha dado una lección de valor que por momentos rayaba en lo temerario, siendo volteado dramáticamente cuando pasaba al segundo. Ha habido más valor que toreo, más porfía que temple, más cercanía que ligazón, si bien habrá de reconocérsele el mérito de aceptar el desafío de Zahariche cuando apenas era su quinto paseíllo de la temporada. Dice Joxin Iriarte que el valor es el fundamento, porque la técnica se aprende. Será que aquí hay torero.
Román, con su melena dorada al viento, su mirada pizpireta y su inquebrantable sonrisa, ha lidiado con majeza al manso berreón que hizo tercero, y toreado, en sentido estricto del término, a un bellísimo cárdeno de impresionante trapío jugado en sexto lugar. Citó con verdad y leve toque, corrió la mano, templó y ligó con inspiración de torero grande. Al natural compuso dos series que pocos del escalafón superior habrían si quiera intentado, con empaque e inspiración propias de un torero en sazón. Se tiró a matar como si le esperara la gloria cobrando una gran estocada que valió un merecido trofeo.
Venían a jugarse la vida y la ganaron, ansiaban el triunfo y lo acariciaron, sueñan con nuevos contratos y deben tenerlos por derecho.
Aquí hay torería y talento para grandes gestas.
Reseña:
Plaza de Toros de Vista Alegre de Bilbao, veintisiete de agosto de 2017, un cuarto del aforo cubierto en tarde de tiempo variable.
Toros de Miura de impresionante trapío, altos, agalgados, huesudos, degollados, en capas cárdenas y negras. Todos ovacionados de salida, especialmente en sexto, un cárdeno de bella lámina decimonónica. Primero: Un puyazo y un picotazo; flojo y descastado. Palmas al arrastre. Segundo: Dos puyazos; flojo, bronco y descastado. Palmas. Tercero: Un puyazo y un picotazo, flojo, descastado y berreón. Ovación. Cuarto: Un puyazo y un picotazo; flojo, parado, distraído, berreón y descastado. Pitos. Quinto: Dos puyazos; flojo, distraído, manso y descastado. Pitos. Sexto: Dos puyazos empleándose; noble. Ovación.
Fortes, de pizarra y plata: Pinchazo al encuentro y estocada (ovación y saludos). Dos pinchazos, estocada trasera y un golpe de descabello (silencio tras aviso).
Juan Leal, de celeste y oro: Media estocada (vuelta). Pinchazo y estocada a toma y daca de la que sale golpeado en el pecho (vuelta).
Román, de nazareno y oro: Pinchazo hondo y gran estocada (ovación y saludos). Gran estocada (oreja).
Incidencias:
Última de las Corridas Generales de 2017
Una hora antes de la corrida descargó una fuerte tormenta que retrajo, posiblemente, a muchos aficionados.
Juan Leal y Román hicieron el paseíllo desmonterados, pues se presentaban en esta plaza.
Fortes lo hizo con un capote de paseo de vanguardista diseño sin liar.
Javier Bustamante
para Toro Cultura
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