Demasiado magisterio para tan poca casta

Comparecía en el patio de cuadrillas una terna de conspicuos lidiadores curtidos en cruentas batallas en los circos más exigentes ante los toros más fieros, y la cosa quedó en poco. Quedó en poco porque poco había delante, poco de casta. Los toros de Zalduendo apenas presentaron oposición dejándose hacer, sin el celo que caracteriza a la bravura.

Lo más lucido de la tarde debe abonarse a Daniel Luque que manejó con oficio las nobles embestidas del segundo, un toro pronto y largo que repitió los ataques con cierta vibración. Dominó, ligó y templó sobre ambas manos con ritmo y buena interpretación de las querencias, finalizando el trasteo con luquesinas y una estocada en mal sitio. Mérito suficiente para ganar un trofeo. El quinto sin embargo tuvo un comportamiento más bronco pues soltaba la cara al final de los pases, y procuraba alivio en las lejanías de la muleta. Porfió su matador en busca de una segunda oreja mas faltó quietud y limpieza y no hubo más que una ovación saludada desde el tercio.

Borja Jiménez no pudo brillar en su debut en Logroño, si bien dejó destellos de su toreo puro en un quite por chicuelinas y en los dos inicios de sus trasteos. El primero apoyándose con una mano en la barrera, y el segundo con doblones sobre la mano derecha de hondura y aroma clásico. Sin embargo las faenas no tuvieron continuidad ni ritmo, y el público silenció su lidia.

Idéntico resultado obtuvo Miguel Ángel Perera, matador poderoso y trigonométrico que necesita un toro de embestida encastada para poner en valor su capacidad. Sorteó un primero flojo y noble al que le faltó ritmo y un cuarto pronto y repetidor que cabeceaba al final de cada pase. Se gustó en el primero sin transmitir emoción y se manejó sin quietud ni ajuste en el cuarto.

Casi medio siglo de doctorado suma la terna, más de mil paseíllos, conocimiento certero de la lidia, tres corazones que bombean sangre torera. Demasiado magisterio para tan poca casta.

Reseña:

Plaza de toros de La Ribera de Logroño, sábado 21 de septiembre de 2024. Algo más de un tercio del aforo cubierto en tarde gris y lluviosa.

Toros de Zalduendo, de discreta presentación en capas negras. Flojos con poco celo.

Primero: Negro chico. Un puyazo y un picotazo. Noble y flojo. Silencio en el arrastre.

Segundo: Negro terciado, protestado de salida. Un puyazo y un picotazo. Pronto, largo y humillado. Ovación.

Tercero: Negro. Un picotazo y un puyazo. Flojo y de poco celo. Silencio en el arrastre.

Cuarto: Negro de escasa presencia. Dos picotazos. Pronto y repetidor cabeceando en los remates. Silencio en el arrastre.

Quinto: Negro, terciado, protestado de salida. Un puyazo y un picotazo. Pronto y humillado cabeceando en los remates claudica pronto. Silencio.

Sexto: Negro. Dos picotazos. Deslucido con pies y carbón. Silencio.

Miguel Ángel Perera, de verde musgo y oro: Dos pinchazos, estocada y dos golpes de descabello (silencio). Estocada casi entera y tres golpes de descabello (silencio).

Daniel Luque, de turquesa y oro: Estocada trasera caída (oreja). Pinchazo y estocada casi entera (ovación y saludos).

Borja Jiménez, nuevo en esta plaza, de verde hoja y oro: Pinchazo y estocada trasera caída (silencio). Estocada y descabello (silencio).

Incidencias:

Primer festejo de la Feria de San Mateo.

Antes de la corrida descargó sobre Logroño un aguacero industrial.

Borja Jiménez hizo el paseíllo desmonterado pues debutaba en La Ribera tras nueve años en el escalafón superior,

La corrida duró dos horas y media.

Javier Bustamante

para Toro Cultura

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