Ginés Marín da fiesta a un manso encastado
El sexto de la tarde, un toro negro de Juan Pedro Domecq, salió suelto de todas las suertes, con clara tendencia a buscar terrenos despejados en los que recrear su mansedumbre. No tuvo celo en el caballo ni se empleó ante los banderilleros como debe hacer un bravo. Cuando el presidente tocó a muerte, solos toro y torero sobre el rubio albero de La Ribera, se fue como un bólido desde larga distancia a por la tela de Ginés Marín, en dos arrancadas de enorme violencia. Mas pronto volvió a evidenciar que no tenía voluntad de pelea, mostrando grupas sin disimulo, evitando cualquier compromiso con el señuelo. Fue en ese momento, cuando el público daba por finalizada ya la corrida, cuando el torero persiguió al negro mulato, le buscó las vueltas, le enceló en la muleta, y le obligó a embestir. Hubo firmeza y temple, series al ralentí, con mando y muleta baja. Pases ceñidos y despaciosos que llegan al corazón como un fogonazo y le hace latir al ritmo de la emoción. Primero desde la media distancia, y después desde las cercanías, en pases largos, y por momentos lentos, pues el toro había perdido pujanza. Remató la faena rodilla en tierra, mirando al tendido en algún embroque, poseído por el compromiso torero y el estilo refinado que siempre da vida a su tauromaquia. Entre el delirio del público se perfiló y dejó más de medio filo hiriendo en todo lo alto en ese sitio en el que las estocadas son letales y los toros entregan su vida sin margen para la agonía. Dos orejas ganadas a ley y una faena que aúna responsabilidad, técnica y pinturería, que será difícil de superar en las dos tardes que restan a la Feria.
Diego Urdiales ganó también la puerta grande, si bien no ofreció toda la dimensión de su toreo. La gran estocada que abatió a su primero fue su mayor mérito, pues en el trasteo apuntó un par de buenas series al natural, sin que la faena alzara el vuelo ni tuviese continuidad. Mejor toreó en su segundo, faenando en el platillo, pasando con enjundia por ambos pitones, ceñido y ligado. Dibujó un bello epílogo citando al natural de frente con su pureza acostumbrada y el pinchazo previo a la estocada defectuosa frustró la expectativa de premio tangible.
El Juli, en su temporada de despedida, no encontró en el colorado primero ni en el negro cuarto el contraste suficiente para perfilar su toreo. La falta de celo se unió a la debilidad, y el maestro sólo pudo ofrecer bellas verónicas, un vistoso quite por zapopinas y vestigios de su mando pasando en redondo y al natural en el toro de su epílogo.
Reseña:
Plaza de toros de La Ribera de Logroño. Martes diecinueve de septiembre de 2023. Dos tercios del aforo cubierto en tarde templada y soleada.
Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados, flojos y escasos de casta.
Primero: Colorado, bonito, recogido de cuerna. Dos puyazos suaves. Flojo y descastado. Pitos en el arrastre.
Segundo: Negro, cuajado. Un puyazo trasero y un picotazo. Noble, con poco celo. Silencio.
Tercero: Castaño bragado, bien presentado. Recibe un puyazo derribando y es devuelto al corral por flojo.
Tercero bis: Negro engatillado. Dos picotazos. Pronto, largo, humillado y noble. Palmas.
Cuarto: Negro. Dos puyazos sin emplearse. Flojo, se para pronto. Silencio.
Quinto: Castaño, bien presentado. Un puyazo al relance y un picotazo. Noble, humillado y repetidor. Acorta pronto el viaje. Ovación.
Sexto: Negro. Un puyazo y un picotazo. Manso encastado con carbón. Ovación.
El Juli, que se despedía de Logroño,de verde botella y oro: Pinchazo y estocada casi entera caída (silencio). Pinchazo y estocada (ovación y saludos).
Diego Urdiales, de pizarra y oro: Gran estocada (dos orejas). Pinchazo y estocada casi entera delantera caída (ovación y saludos).
Ginés Marín, de caldero y oro: Dos pinchazos y estocada desprendida (silencio tras aviso). Media estocada en todo lo alto (dos orejas).
Incidencias:
Segundo festejo de la Feria de San Mateo de 2023
El público sacó a saludar a El Juli tras romper el paseo, quien invitó a sus compañeros a salir también al tercio.
Ginés Marín pasó a la enfermería tras lidiar el tercer toro por una herida en la mano izquierda.
Diego Urdiales y Ginés Marín salieron a hombros.
Javier Bustamante
para Toro Cultura
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