Seca batalla sobre las aguas
Anunciar toros de Dolores Aguirre en Bilbao es tanto como tocar arrebato de batalla, de dura batalla en la que no comparecerán los generales, sino la infantería más abnegada. Ayer la escaramuza se jugó sobre terreno pantanoso, en pelea seca y corta, en cuerpo a cuerpo por momentos patético. Dirigieron las operaciones tres suboficiales laureados en duras contiendas, tres fajadores, tres toreos de carta cabal, que cada uno en su concepto luchó con valor.
El menos experto de ellos, Damián Castaño, fue quien más tenía que ganar y quien más arriesgó, logrando en el cierraplaza el único trofeo de la tarde. Salía de la enfermería cuando dobló el quinto, pues había sido cogido por el corajudo tercero cuando descabellaba en un arreón de manso provocándole diversas contusiones. El público le saludó con alivio, pues la cogida había sido fea e inició el último trasteo tocado con la montera en escena añeja. Pronto se vio que venía a triunfar o morir, en una lucha sin cuartel. El toro melocotón de gran trapío y dureza de pezuña, no concedió nada, y cada pase fue una composición dramática, pues la embestida era tan incierta como firme la postura del torero. Pasó, tragó y aguantó cuanto fue necesario para que el toro desarrollara un cierto celo, suficiente para ligar dos series por el derecho, plenas de verdad en las que cada embroque era una moneda al aire exponiendo femorales y safenas sin tomar ventaja alguna. Aún hubo más cuando se echó la muleta a la izquierda y, encajado de riñones bajo una fuete aguacero, pasara al natural firme a media altura, en lo que fue la serie más emocionante de la Aste Nagusia. Hubo valor a raudales y también belleza y regusto torero. Mató como si fuera la última vez y dejó una gran estocada que tumbó al toro entre las lágrimas del torero. Era su tercera actuación en la temporada y una oreja en la batalla de Bilbao es para él un gran salvoconducto.
Antonio Ferrera, con más de un cuarto de siglo de milicia, conoce bien estos toros pues se especializó en corridas duras a finales del siglo pasado y acumula conocimiento y valor para lidiarlas con garantías. No vio opción de lucimiento en su primero, un toro duro y pegajoso con un pitón izquierdo complicado, y optó por estocada de recurso sin muchas probaturas. Con el cuarto tampoco se extendió en la retórica pues el diluvio que caía deslucía la lidia e incomodaba al público, así que volvió a meter el brazo abreviando la faena.
Domingo López Chaves, que se despedía de Bilbao tras veinticinco años en el escalafón, recibió el homenaje de la organización en forma de aurresku y el cariñoso reconocimiento de la afición que le sacó a saludar tras romper el paseíllo. Lidió sobre el barrizal a un peligroso zambombo negro chorreado y a un bronco melocotón de gran trapío. Mostró en ambos turnos su sapiencia y su capacidad lidiadora, sin que hubiera opción para otra cosa que no fuera la eficacia. Saludó dos fuertes ovaciones con las que quedaron sellados recuerdos inolvidables de su paso por esta plaza.
La otra tauromaqia, la de la emoción y el arrojo, cerró ayer el serial bilbaíno, en una seca batalla jugada sobre las aguas que manaban del cielo gris que da carácter a esta plaza única. El vencedor fue Damián Castaño, llamado a librar nuevas escaramuzas en este y otros escenarios que requieran la representación de la verdad eterna del toreo.
Reseña:
Plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao. Domingo veintisiete de agosto de 2023. Menos de un cuarto de plaza en tarde gris y lluviosa sobre ruedo encharcado al principio e inundado al final.
Toros de Dolores Aguirre en variedad de capas e impresionante trapío. De juego interesante y diverso como a continuación se detalla.
Primero: Cercano a los seis años, negro, de gran trapío, aplaudido de salida. Dos puyazos duros empujando. Duro de pezuña y encastado. División de opiniones en el arrastre.
Segundo: Negro, aplaudido de salida. Dos puyazos duros caídos. Manso y peligroso. División de opiniones.
Tercero: Negro listón chorreado, aleonado, de impresionante trapío. Dos puyazos duros, uno empujando y otro en huída. Manso y duro de pezuña. Ovación.
Cuarto: Negro bragado, cercano a los setecientos kilos, ovación de salida. Dos puyazos duros, derribando en el primero con estrépito. Duro de pezuña. Palmas.
Quinto: Melocotón de armónico trapío, ovacionado de salida. Dos puyazos duros, uno huyendo y otro empujando. Manso y bronco. Palmas.
Sexto: Melocotón de gran cuajo, aplaudido de salida. Dos puyazos duros, uno de ellos delantero. Manso, encastado y duro de pezuña. Ovación.
Antonio Ferrera, de primera comunión y oro con cabos negros: Estocada casi entera perpendicular y dos golpes de descabello (pitos). Estocada habilidosa (silencio).
López Chaves, de grana y oro: Pinchazo y estocada perpendicular (ovación y saludos). Estocada caída habilidosa (ovación y saludos).
Damián Castaño, de azul azafata y azabache: Tres pinchazos y tres golpes de descabello siendo cogido (silencio). Estocada (oreja).
Incidencias:
Octavo y último festejo de las Corridas Generales de 2023
Antes de iniciar el paseíllo se rindió homenaje a López Chaves por su despedida de Bilbao bailando un aurresku.
El público sacó a saludar a López Chaves tras romper el paseo.
La lluvia cayó con saña durante el cuarto toro y continuó después de manera discontinua.
Saludaron tras parear al primero Ángel Otero y Carrero, y tras parear al cuarto Joa Ferrerira y de nuevo Carrero.
Javier Bustamante
para Toro Cultura
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir